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Le rodeó con ambos brazos apenas él se acercó a tomarla, refregándose a él como una minina que recién a visto a su amo. No podía evitar ser cariñosa con él, pues tenía un lugar en su corazón, lo aceptaba tal cual era y no pedía más que eso.
Después del beso, le sonrió de manera instantánea y se dispuso a colocarse el casco cubriendo todo el rastro del tenue sonrojo que amenazaba con formarse sobre sus níveos pómulos. — Ya todos mis planes están cancelados, además. Igual me asegure de no tener agenda por la mañana, ya sabes por si llegamos tarde o dormimos muy cansados.—De un salto, subió tras él únicamente dándose el tiempo para acomodar sus botas.
Nuevamente se abrazó a él, dejando reposar su torso sobre la espalda de Daren, ejerció un poco de presión para avisarle que ya estaba lista, pero esto lo hacía más bien como una maña sugerente.

La notificación llegó apenas se envió. Tomó su teléfono, estaba en el estudio dibujando unos planos, tan concentrada que sólo fue el tintineo la que la pudo salvar de dicho trance laboral.
Deslizó la barra de notificaciones y con un emoji le envío su afirmación. “Un guiño” que era más que suficiente para que Daren lo entendiera. Así bloqueó sus pertenencias y las guardó sin mucha prisa, lo conocía.
Con su agilidad salto el escritorio y emocionada y como si de un campo de gimnasia se tratará iba saltando muebles y cualquier objeto por mera diversión. En un dos por tres llegó a la cochera, se lo encontró en su moto, con el detalle de ambos cascos. Sonrió apenas divisó su silueta a lo lejos.
— ¿Escape con Daren Daddy— Bromeó con cierto encanto.

— No, no hace falta que seas gentil. Puedo soportarlo, lo que sea y tú lo sabes bien. Así que serán dos, uno en el brazo y otro, aquí. — Se tocó aún costado, bajo su pecho de lado izquierdo. Sonrió con total complicidad al escuchar a Daren.
— Así que, a preparar todo, será una larga noche. —

— Daren. Quiero que seas cruel conmigo, no tengas compasión de mí, has lo que debas hacer, me he decidido por mi tatuaje. Y que mi preciosa piel no te impida nada, estaré bien.

Sonrió. Asintiendo conforme acababa sus palabras, no creyó necesario añadir nada más, por el hecho de que se sentía confortable y en confianza una vez que estaba a su lado. Busco la manta con la cual hacía unos segundos lo había cubierto y le arrebató sólo un poco para poder dejarse caer en la cama con la debida suavidad. Al encontrar su cuerpo con el calor adverso, llegaba a sentirse completa, algo que no le resultaba meramente curioso.
— Prometiste no roncar..— Le recordó con uno de sus brazo envolviéndolo por esos segundos transcurridos.
— Así que sí lo haces , te echo agua. Avisado estás. — Inquirió empujándole para tener más espacio pero esto sólo era muestra clara de lo bien que ambos la pasaban.

-Jaja no... Bueno, ¿Que pasa si si?...-Bufo burlón, con una sonrisa que esperaba ocultar pero el cansancio no se lo permitía

Ya duérmete Tommy (?)

–Estaba guardando la tableta de diseños en su locker cuando su teléfono avisó que tenía un mensaje. Lo supo por el tono que se escuchó, desbloqueó la pantalla colocando la yema de su dedo pulgar en la parte inferior central y lo abrió para leer el contenido. Era de Daren y por la hora pensó que sería sobre algún pendiente laboral, lo cual no fue así. El mensaje contenía una captura adjunta a un texto que desprendía cierta... protección estilo Escorpio.
Observó al joven del que hacia mención y después su mirada se centró en la pantalla antes de utilizar los pulgares para redactar una respuesta.–
Afortunadamente sólo estaba puliendo detalles. ¿Aún no has cenado? Podrías pedir algo a domicilio, hoy podemos darnos el lujo de comer hamburguesas, patatas, soda y pay.

Enojón.
–Pulsó enviar con una sonrisa traviesa en los labios, un gesto discreto para no llamar de más la atención.–

Desde que llegó, consideraba que él era una pieza única en el zodiaco. Lo sentía aún sabiendo que ambos eran regentes del mismo signo astral. Por consiguiente compartían pasillo con unos centímetros de distancia entre puertas, no era de esperar que ella fuese a verle, aún en esas condiciones tan pacificas y aún más en las desastrosas, pues nadie más que ella conocía el hervor de sentimientos que dejan huella. La música ayudaba a tranquilizar, hasta apetecía dormir a su lado. Suspiro y antes de se fuera, el contacto de Daren la detuvo. El parecía estar bien, mucho mejor, reluciente aún en la penumbra de la noche. — De entre las cenizas volvemos a renacer, ¿verdad?
No pareces necesitarme para descansar. — Bromeó sin soltarle, sin siquiera marcar una distancia.

— Hey —
Toca la puerta de su habitación. Están aún lado, por lo que no es difícil saber que apenas unas horas han sido unidos. Abrió el cerrojo, pensando en que no le hubiese pasado algo terrible. ¿Será que había estado bebiendo de nuevo?
Ingreso a su habitación preparada para una escena post apocalíptica pero, no fue así.
Ahí estaba él, dormido. La música estaba tocando en sus bocinas. Se adentró a su cuarto y le arropó. Apago todo y así como había entrado procuraba salir. No era de extrañarse, los Sagitario eran protectores con aquellos importantes en su vida.
— Daren, descansa. —