* en esta situación? Arriesgaba su vida, sin entender muy bien por qué. Daba todo por su padre, y lo que recibía a cambio era maltrato, de su parte, de las personas, de Asuka... No era más que una herramienta desechable.
Levantó su mirada, perdiendola en el cielo nocturno.
Volvió a imaginar que se escapaba, muy muy lejos. Dejando todo atrás, sus estudios, los angeles, las responsabilidades. No le importaba que el fin del mundo estuviera a la vuelta de la esquina, el solo quería algo de paz en su corazón.
Cerró sus ojos, dejando salir una lágrima antes de quedarse dormido.
Se metió en su futon. Acostado boca abajo, se tapó hasta la cabeza, escondiéndose. Era como si sintiera que de un momento a otro entraría Asuka a lanzarle algo.
Llevó los auriculares a sus oídos, tocó el botón de play en su walkman, pero nada sonó. Miró el aparato y gruñó. Oprimio un botón y abrió el compartimiento del cassette, lo tomó y lo dió vuelta, volviendo a introducirlo pero en el "side B". Cerró el compartimiento, escuchando un "click" que lr confirmaba que el seguro ya estaba cerrado. Volvió a oprimir el botón de play, esta vez si funcionando.
La música comenzó a llenar su mente, como si fuera un mar en el donde se quería perder.
¿Que había sido todo eso? El no era así. Sabía que tratar con Asuka era difícil, pero jamás le había contestado así.
Puso la almohada bajo su pecho, abrazandola y recostando su cabeza en su brazo.
Su garganta estaba muy seca. Sentía como la angustia oprimia su pecho ¿Por qué estaba allí? ¿Por qué su padre lo había puesto en esa situa
En cuanto lo vio chocar contra el refrigerador, la pelirroja retrocedió hasta que su cuerpo chocara contra una silla, sobre la cual se dejó caer. Aferró ambas manos a su cabeza y apoyó ambos codos sobre la mesa.
— ¡Deja de pedir perdón por todo!—por su no hubiera sido suficiente con empujarlo, al verlo tomar su reproductor de música, ella cogió un par de calcetines hechos bola y los arrojó con todas sus fuerzas hacia la pared. Estaba histérica por un simple comentario, por algo que ella misma había provocado.
Una vez que el muchacho salió disparado hacia su habitación, la piloto se soltó a llorar. Sentía remordimiento, y se odiaba a sí misma por sentirlo. Subió ambos pies a la silla y abrazó sus rodillas flexionadas sin poder contener más el llanto. Hundía las uñas en la carne de sus muslos, las hundía con tanta fuerza como para quebrárselas o hacerse sangrar.
Culpa, vergüenza, ira. Se odiaba a sí misma incluso más que a él. Sólo quería desaparecer.
Casi tan pronto dijo eso, se arrepintió de haberlo dicho. Se vió empujado contra el refrigerador de la casa. Verla tan agresiva y reaccionar de una forma tan violenta hizo que sintiera un agujero en su pecho, angustia. Casi tenía ganas de llorar.
Pero es mi... — "Casa" iba a decir. Pero esta vez reculó antes de ser un insensato. — Perdón...
Levantó sus walkman de la mesa y fue a refugiarse a su habitación.
La piloto se quedó boquiabierta después de escuchar eso. La había tomado completamente desprevenida, si bien no recordaba eso, tampoco lo ponía en duda, pero tenía una reputación que proteger. Avanzó a zancadas hacia el castaño, deteniéndose a escasos centímetros de él.
— ¡Eso es mentira! ¡¿No te basta con ser estúpido?! —le gritó con todas sus fuerzas mientras lo empujaba por los hombros con ambas manos y con la fuerza suficiente para alejarlo de ella—. ¡DESAPARECE DE MI VISTA, IMBÉCIL!
