—Debe tomar una cucharada de su propia medicina, ¡debes ser fuerte! — Volvió a reír inclinándose a ver al gato que disfrutaba de bañarse cómodamente, quizás hasta se burlaba de ellas.
Heh! Ese es un plan malévolo, señorita Akali.~ -Se apoyó en el suelo con ambas manos para levantarse y le sonrió.- ¡Me gusta! -Pero de inmediato, hizo un puchero.- Aunque deberé ser fuerte, mira la carita de Bao, como podría no hacerle caso.
—Ya puedo ver lo caprichoso que es...— se cruza de brazos y ríe un poco más antes de dar una palmadita a la espalda de la joven. —Venga, cuando no le estemos dando atención vendrá a demandarla. ~ Y cobraremos nuestra venganza. — añade con complicidad.
¡Es bastante caprichoso! ¡Bao veeen! -Se agachó a mirar bajo la mesa, en donde el gato estaba agazapado.- Ven, mamá te va a dar pollo si eres bueno... No nos hagas quedar mal. -Murmuró, aunque su mascota la ignoró olímpicamente.-
No lo creo, lo se. -Acerca a Bao con Akali, pero el gato se desespera y comienza a moverse y maullar hasta que huye de brazos de su dueña.- ¿Ves? No puede con la emoción.
