—¿Queeeeé?— Exclamó, haciendo un mohín que la hacía parecer una ardilla bebé. —Akali, no negociamos con terroristas.— No pudo evitar que su 'seriedad' se viera opacada por la risa. Al final, acomodó un mechón de su cabello detrás de su oreja, mordiendo ligeramente su labio inferior. Cuando Akali hablaba así, realmente la hacía sentir especial. —Debería hacer eso, ¿Verdad? La vida es maravillosa, y es aún más maravilloso estar aquí contigo...