— Por favor, ayúdame a alcanzarlos. Ayúdame a salvarlos. —En su voz se notó la desesperación, la necesidad de suplicarle al león que, con alguna de las habilidades que tenía, le ayudase a encontrar la forma de cruzar el espacio en la menor cantidad de tiempo posible. "Te lo ruego" Aquello lo pensó, pero incluso salió como un susurro del que no se dio cuenta. La desesperación lo consumía, pese a la paciencia que tenía, la necesidad de apoyar a sus amigos era mucho mayor. Y realmente esperaba, que el león le respondiera de una forma positiva la conexión, con el vínculo que se fortaleció y con el fuerte rugido que la bestia emitió cuando comprendió las preocupaciones y necesidades de su paladín.