Jamás había convivido con Sakura demasiado tiempo, Touya trabajaría toda la noche y Fujitaka había salido a un viaje de negocios, tenían la casa para ellos tres solos, Kerberos ya había salido corriendo a asaltar el refrigerador mientras que Yue aún permanecía en el cuarto junto con Sakura. Clow tenía una manera peculiar de forzar las cosas, ¿Acaso estos eran sus deseos, obligarlos a convivir y conocerse un poco más?, Yue suspiro con resignación, “Está bien, caeré esta vez.” Pensó como respuesta ante el capricho del mago Clow. – Mañana se nos ocurrirá una solución. – Dijo para posteriormente abrirle la puerta a su dueña. – Todavía no has cenado. – Disimulo su preocupación. –Come y ve a la cama. –
[code]Sabia que ya tenía que acostumbrase a esa forma, pero le era muy difícil, después de todo es la otra identidad de la persona que ella tanto apreciaba y que pensaba que conocía. Además eran dos personas totalmente diferentes, Yukito era amable y alegre, en cambio Yue era más serio. Cuando sintió el toque en sus mejillas, se sonrojo un poco, bajando su mirada avergonzada. Cerro fuertemente sus ojos. ¡Es muy difícil de asimilar que sean la misma persona! pensó la castaña.
— Lo sé, lo sé, no te preocupes, podré hacerlo. —
Respondió la castaña, quitándole importancia. No quería que Yue se sintiera incomodo por su culpa. Además ahora era su nueva dueña, aunque solo quería que fueran buenos amigos.[/code]
– Tarde o temprano te terminaras acostumbrando. - Dijo finalmente bajando su mano y cruzándose de brazos para situarse junto a la ventana escuchando la lluvia caer, al parecer esa noche ni él, ni Kerberos, lograrían regresar a sus identidades falsas.
La nueva guardiana de las cartas Clow aun poseía un poder demasiado bajo y era algo normal considerando que el mago Clow llevaba años de experiencia en aquel ámbito y Sakura era primeriza, por supuesto que Yue no la odiaba, y Yukito le tenía un cariño infinito, sin embargo Yue aún no se hacía a la idea de tener un nuevo dueño, especialmente cuando esta ni siquiera estaba acostumbrada a verle y se sorprendía cada vez que lo veía. Gracias a un hechizo de Clow, Yue no podía regresar a ser su identidad falsa, forzándolo así a convivir aún más con su nueva pequeña dueña.
-No tienes por qué ponerte tan nerviosa. - Dijo el guardián de la Luna con aquel rostro que parecía inexpresivo, mientras que con sutilidad tocaba la mejilla derecha de su nueva dueña para que le dirigiera la mirada.
