¿Deseas que te castigue nuevamente? -Advirtio con obvio doble sentido, arrancando de sus labios un beso no muy delicado, sin inmutarse por sus manos recorriendo las curvas que le pertenecían a su esposo; podía dominarla más su carácter poco sumiso seguía en pie en todo momento a pesar que con él se doblegaba por su amor.-
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¡Já! -No tardó en manifestarse, con una falsa indignación.- Podría desmentir tu postura públicamente, y evidenciar quién es la adicta. -Murmuró, acercándose tanto a sus labios que se los empañó con el vaho de su aliento tras cada palabra. Acarició su cintura; bajó por ella hasta encontrar la pronunciación de sus caderas y luego de su trasero.-
Puede que sí -Su cuerpo chocó de golpe, aplastando con ello sus curvas contra el firme cuerpo de su esposo y antes pupilo. Coqueta sonrió con un deje de malicia tras con su siniestra jugar con su larga coleta azul - Sólo a el dejaba tomarle de ese modo, de lo contrario alguien había muerto en aquel instante.-
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-Avanzó hacía ella; con esos ojos inyectados en malicia que subieron eventualmente hasta su rostro. La atajó con fuerza de la cintura, jalándola abruptamente de tal modo que terminó chocando contra su pecho.- ¿Y solo yo soy el adicto? -Reprochó. Al interior de su privacidad; en las mieles del sexo, su postura no era tan superior.-
Hm -Dejo de lado lo que comía para ver su indiscreción; aquel semblante lo conocía mejor que nadie, sin tardar mucho en notar hacia donde iba su atención - Parece que te estoy dando muchos gustos, vas a terminar con adicción - Más ella no se enojaba en lo absoluto, obviamente-
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¿Uvas? -Lo cierto es que no notó el racimo hasta que ella lo mencionó, y aún así, la atención de sus ojos volvió rápidamente a su interés original. Entre todas sus virtudes no existía la discreción, se mordió el labio inferior, al tiempo que una sonrisa ladina se extendió por su boca de lado a lado.- Quién va querer uvas, si podrías darme algo más.
