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- Soy Evelyn. -Dijo en apresuro y a punto de estirar su pequeña mano para dar una señal de los buenos modales que ha aprendido en su corta vida, sin embargo el distante carácter del joven no le permitió brindar dicho saludo de presentación, así que simplemente le siguió el paso por las oscuras, sucias y peligrosas calles de la ciudad, sin entender hacia dónde iban en realidad e intentando ser rápida y precisa en la rapidez del caminar ajeno.- Tu ... eres ése hermoso perrito, ¿cierto? -Dijo rompiendo por un momento el silencio y sin saber distinguir entre un perro doméstico y un lobo.- Yo no diré nada, lo juro. -Inquirió mientras salían a una espaciosa calle con poco alumbrado, los edificios de alrededor estaban en abandono o simplemente son lugares dónde los malvivientes se reúnen para realizar sus más bajas fechorías. Drogas, prostitución, tráfico de armas, sicarios y ladrones, sitios más bajos y peligrosos de la ciudad.-

- Kiba, tengo miedo ... no me gustan éstos lugares. -Mencionó preocupada, ésta vez acercándose más al castaño y sujetándo su mano como cualquier pequeño hace con un adulto para mantenerse junto a él y evitar perderse entre aquellos desconocidos suburbios.-