Su mirada ladeó contrario al adverso. Podía sentir su tacto adentrándose en ella con su masaje dedicado, sus manos utilizó para tocarle sin intención de detenerle, una tenue caricia. ━ Lo dices a lo alto y con orgullo, por eso mismo no pienso quedarme atrás voy a tocar cada parte que me plazca aún siendo intangible, me perteneces ya, Señor Vilem. —
— Tiempo, y curiosidad.. tocando cada recoveco de tu cuerpo en la privacidad de tu habitación. Además de que.. es mi deber saberlos al ser tú mi mujer. — Le confesó, insistiendo en la zona de su cuello en un masaje con las yemas de sus dedos. Mientras, su otra mano ya se abrazaba a la piel de su garganta en un agarre firme, autoritario.
Su rostro no podía mentir, había quebrado las barreras impuestas por ella misma. Incluso podía percibirse el rubor brillante en sus pómulos. ━ ¡P-Para! Me has tomado por sorpresa, Oh, co-omo has, ¿podido encontrar mi punto débil? — {?}
