Era sólo una cosa tras otra. No había estado en este lugar por mucho tiempo, pero parecía como si hubiera estado allí siempre. Y esa vez que había estado allí, había estado sola. Ninguno cara familiar se encontraba, ni una cara amable por venir. Esta tierra era tan grande,en comparación con el que había estado antes. Era tan pequeña aquí, sin Ganta. Era imposible estar feliz cuando ella no tenia a su amigo a su lado. Sin embargo, ella continuó haciendo lo que hace mejor, comer dulces! Pero el único problema con eso es que la maleta que ella había lleno de ellos estaba llegando a su fin, y rápido! Sólo había una una opción, salir a la calle y encontrar un poco más. Y fuera de ella fue, sin pensar en cómo va a ser capaz de comprar este tipo de cosas, ya que siempre estaba allí para ella. Afuera era el mismo de siempre, la gente dando sus miradas extrañas. Fue debido a su apariencia, por supuesto. Sabía que había sido un tiempo desde que los tiempos habían sido así y ella había comenzado a recordar cómo se sentía, lo único que faltaba era Ganta para hacerla sentir mejor. Sin embargo, decidió hacer no hacer caso a aquellas miradas divertidas de los extranjeros, mantuvo la cabeza en alto, marchando por las calles en busca de su dulce. Subiendo las escaleras, su último caramelo en su mano. No estaba prestando atención, choco con alguien, haciéndo caer su último caramelo. "Baka!" Le da un pequeño golpe en su cabeza. "Era el ultimo dulce de Shiro. "