Aquel lugar donde reina la infinita oscuridad donde solo hay silencio y soledad interminable, donde terminan las esperanzas y los sueños, aquel lugar siniestramente mágico, en donde lo que no es, es. Y lo que sí es, no seria
.En las profundidades de aquel lugar, existe una habitación, similar a la de una torre
Una habitación circular rodeada de grandes ventanales, los mosaicos en combinación roji - negra simulan un extraño y siniestro tablero de damas.
En este extraño lugar la decoración es por demás fuera de lo común, grandes anaqueles con repisas repletos de peluches, muñecas y otro tipo de juguetes con una apariencia siniestra que hacen juego con la mezcla de soledad, tristeza e inmensa ira que apesadumbra el lugar,
Sentadito entre los peluches se encontraba un singular conejito blanco
Este se encontraba cubierto por una capa azul y un listón de un azul un poco más tenue el cual rodeaba su cuello terminando en un encantador moñito.
Aquel conejito se encontraba llorando lagrimas carmesí, tapando sus ojitos con ambas patitas*
-Por qué no ha regresado?
Sollozaba el pequeño conejito, sin embargo escucha como un invitado entraba a su habitación, retirando sus patitas de sus ojos, con curiosidad de quien se trataría esta vez.
Los muñecos no tardaron en averiguar, pues de inmediato posaron sus siniestras miradas en el invitado, las cuales destellaban ligeramente de un brillante color carmín y a carcajadas se encargaron de dar la bienvenida a aquel nuevo huésped [b]
-Un invitado!! Un invitado!!
Mencionaban aquellas criaturas en unisonó, entre carcajadas y risitas escalofriantes [b]