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About Me About Me NotesAbout Me
《 ♕ 》 [med]Rᴇɢᴜʟᴜs Lᴜᴅᴡɪɢ[/med]
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❝Cooperation is the key to success when fighting a war. Shall we battle as one?
I promise to give it everything I've got!❞
❝Cooperation is the key to success when fighting a war. Shall we battle as one?
I promise to give it everything I've got!❞
《 ♕ 》 [med]Pᴇʀsᴏɴᴀʟɪᴅᴀᴅ[/med]
Estoy trabajando en esto, tenedme paciencia por favor u u
《 ♕ 》 [med]Nᴏʙʟᴇ Kɴɪɢʜᴛ[/med]
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❝For you and only you, I make this promise... I will always return to you after battle.
I became a Knight just hoping to see you again. ❞
❝For you and only you, I make this promise... I will always return to you after battle.
I became a Knight just hoping to see you again. ❞
《 ♕ 》 [med]Hɪsᴛᴏʀɪᴀ[/med]
Es el segundo de tres hijos, el único varón para ser precisos, así que fue él quién debió heredar el camino del Caballero que su Padre ha seguido durante toda la vida; así como lo hizo su abuelo, su tatarabuelo y una larga sucesión de Ludwig.
Nunca se opuso a esas enseñanzas ni los tratos crueles que la vida de Caballero le ofrecería; se acostumbró a pasar hambre, a largas jornadas y distancias de caminata, a subir y montar el caballo en poco tiempo así como también blandir la espada o cualquier arma ante una emergencia.
Sin embargo, su madre, la dulce Lady Anabelle se encargó de versarlo en el arte de la diplomacia pues, a creencias de tan bondadosa mujer, a veces las batallas podían evitarse con las palabras adecuadas o, en su defecto, dictaminar las palabras más suaves y nobles ante aquellos que han perdido la batalla. Una encomienda hacia el Padre Celestial, un reconocimiento de la dignidad como Hombre y Caballero que mostró en batalla así como, también, una muestra de que la naturaleza humana no debe cambiar el corazón durante la guerra.
Desde pequeño comenzó a entrenar cuando su Padre, Sir Emory, le entregó su primer espada: De acero, un poco oxidada pero perfectamente manejable; misma que pasara desde hace cinco generaciones al primer hijo varón del matrimonio. Más de una vez consideró que lo mejor sería rendirse y dedicarse a otra vocación, romper por primera vez con los paradigmas familiares... Pero entonces, algo en Regulus cambió tiempo después.
Primrose, su hermana menor, regresaba del bosque cercano a su casa tras recoger leña para encender el fogón y fue atacada por un lobo. Aquel animal le había alcanzado a morder la caperuza que empleaba para refugiarse de las inclemencias del clima invernal; por suerte, los dientes no habían llegado a hincarse en la piel y la pequeña corría despavorida después de arrojar los leños al suelo. Regulus y Harmony, la hermana mayor que remendaba los abrigos de invierno, salieron corrieron inmediatamente en su dirección para auxiliarla. Cuando llegaron, la niña luchaba sujetando un madero contra el hocico del animal, evitando que le mordiera. Sin dudarlo, su hermano se lanzó con la espada entre las manos para darle un tajo al animal en el lomo.
Bestia y chiquillo se perdieron entre el bosque como una distracción ideada por el segundo, con la finalidad de darle tiempo de huir a sus hermanas, y allí lucharon recibiendo las heridas que las armas del otro generaban. Una mordida en el brazo fue equivalente a un corte en la pata; un zarpazo al pecho le costó al lobo un corte en el ojo y, finalmente, la rabia de una desesperada mordida junto a un zarpazo en la cara, le costó la vida al animal.
Desde ese momento, cuando contempló el cuerpo inerte del animal, desangrándose aún por los cortes de su espada, Regulus comprendió el peso en la consciencia que conlleva arrebatar una vida pero, también, comprendió que en ese mundo es necesario tomar algo para preservar. Rezó, una oración que su madre le enseñó, y volvió a casa sangrando, mostrando una de las sonrisas más tranquilas que se le permitió con el dolor. "Nada ha pasado. La sangre no es mía, pero el lobo no nos molestará más".
Tras aquel día en que Regulus demostró su valentía, Sir Emory decidió que era momento de entregar una espada de plata a su hijo y continuar con un entrenamiento más riguroso que el anterior. Ya no solo debía golpear soldados ficticios e improvisados con cacerolas, sacos de granos o con maderos; era momento de probarlo con otros Caballeros, demostrarle a los demás miembros de su orden que su hijo, Regulus, poseía la misma valentía que él para convertirse en uno de los mejores hombres que podían estar al servicio del Imperio.
[ C o n t i n u a r á ]