{La gélida y silenciosa noche se presentó en aquel día con un sol ocultándose a lo lejos y tiñendo el ferviente cielo con un color amarillento y rojizo. Shin yacía paseando por las calles de la ciudad, no tenía rumbo fijo, había salido apenas hace unas horas del departamento donde vivía su amigo de la infancia, y ahora, tenía que lidiar con la idea de los estudios para el próximo examen a la universidad, sólo quería pasar un poco de tiempo a solas, y sacar de su cabeza el estrés. La noche fue perfecta para sentir la compañía de una bella dama y así, respirar un aire ligero. Al continuar caminando, Shin miró en la distancia la presencia de otro joven, por el uniforme que portaba, al parecer se trataba de un chico de menor edad a la de él, ¿Secundaría tal vez? Tampoco se veía más alto... Sólo unos cuantos centímetros menos.
Antes de poder adelantar su paso al contrario, Shin notó como una botella de agua se dirigía hacía él, se detuvo y la miró sin expresión alguna en el rostro, no fue sino hasta que el otro chico le hablo y agregó que le pertenecía, que el joven de cabello castaño oscuro se inclinó para tomarla y se la entregó.}