—... Ah bueno (?— la soltó mientras negaba, quien sabe que cosas pensaba su cabecilla con lo siguiente que dijo, mientras ella habla se sacó una tarjeta de invitación del bolsillo de la chamarra. —Si, estaba a punto de ir a ver si te encontrabas en la veterinaria. Fue un infierno, vivo al límite yujuuuuu hahá— le dió el sobre negro, era pequeño con detalles en oro que el había pintado, otra gran mala decisión.
¡No! Solo se pasaré mi cabello, aunque calvo... —Entrecerró sus párpados estudiando la posibilidad de ello y como se vería de ser así.— No estaría nada mal. —Se rió, tanto por el pellizco en su mejilla como por lo mencionado para luego callarse y prestar atención al pelirrojo.— ¿Vas a invitarme a esa exposición? ¡Cómo olvidarlo! Aún recuerdo el estrés que tenías los últimos días.
—¿Me quieres dejar calvo? — se alzó cuando estuvo satisfecha, luego alzó la diestra y le pellizco la mejilla bastante divertido. —Somos esclavos de la profesión, si, tengo exposición a fin de mes. Y ahora me relajo dibujando cosas pequeñas, lo de la expo fue una locura.. no lo vuelvo a hacer (? hahahá—
¡Perfecto! Tú dime cuándo y hacemos el trueque. —Dijo bastante divertida mientras continuaba alborotando el cabello ajeno, finalmente se detiene depositando un pequeño beso en la coronilla.— Todo muy bien, mi vida es básicamente hospital-casa y viceversa pero estoy bien. ¿Y tú? ¿Qué tal las exposiciones? ¿Ya pintaste algo nuevo?
—Por favor, dejaría de gastar tanta pasta en esto..— a regañadientes se dejó hacer por ella, inclinándose un poco para que logré alcanzarle. —¿Que tal todo doctorcita?—
Extrañaba que me llamaras así. —Buscando jugar con él, se acercó elevando sus brazos hacia su cabeza y empezó a alborotar su cabellera pelirroja.— ¿Cambiamos? Te doy mi cabello rubio y tú me das el tuyo.
