—No pensamos igual. — refutó contra su respuesta, le aparto la mano cuando le quiso tocar el cabello, él y sus manías extrañas. Se cruzó de brazos encogiendo los hombros en el acto como enfuruñandose en si mismo.

- Abrio su unico ojo visible de golpe al comenzar a escuchar aquella definicion, sabia que habian intentado criarle de una manera "normal" dentro de lo que era, y sabia tambien que era muy diferente al resto de los vampiros. Aun asi asintio un poco -

Es cierto.. soy bastante emocional.. y realmente odio eso.. pero solo mi cuerpo es el de una adolescente... - Reiria con algo de malicia mirandole de medio lado. Era una mujer aunque no lo pareciera, con la sabiduria y los deseos propios de una mujer que ha vivido 500 años.

Volvio a reir luego al ver aquellos cabellos, llevando sus dedos a ellos para hacerlos hacia atras nuevamente -

—Pienso que tú si eres como el resto de los humanos, emocional, curiosa, sensible. Y que vivir en la adolescencia por el resto de la eternidad debe ser más jodido que una patada en los huevos hahahá..— recordó sus anteriores reacciones al tiempo que desplegó una mirada sobre ella de nuevo, casi como si la estuviera viendo por primera vez. Reafirmando lo que vio, pensó que esa podía ser una condena cruel hasta cierto punto. Saco la mano derecha para rascarse la punta de la nariz y luego se peino el cabello hacia atrás inutilmente porque los mechones de nuevo regresaron a su frente.

La escucho en silencio ya que él nunca supo de ello, su crianza fue bastante anormal, huérfano sobreviviendo por si mismo hasta que la organización se lo llevó a los nueve años. Lo que él no sabía, con sangre y lágrimas lo aprendió pero más que nada por su propia cuenta. Se recargo en la alacena con su mirada distraída entre ella y la ventana del balcón por la que había entrado como si algo lo llamara a echar una mirada. El fugaz movimiento de ella de nuevo le hizo prestarle atención, torció el cuello hacia la derecha correspondiendo la mirada tan fija con sus ojos dorados. —ja.. a seres como tú no pensé que les importara lo que los demás piensen de ellos. —

—Simple envidia así ha sido y así será. — de nuevo la veía como la chiquilla que pensó que sería, su mirada fue pesada no sabía que pensar respecto a eso. Todavía le incómoda hasta cierto punto pero puede soportarlo. Eso cree... y se fuerza a hacer siendo su opción más viable.
—Razonable supongo, un buen descendiente necesita saber usar su inteligencia, no creo que el señor Tepes sea fanático de la ignorancia. — responde en automático aunque ya el tema no le parece tan interesante como al principio. Termino por reír nuevamente ante la soberbia de la mujer quedándose ahí parado con las manos metidas en los bolsillos. — Supongo. —

Pues claro que se encargó de ellos.. pero para seres como el y yo.. más para el.. siempre habrá enemigos.. vida - Sonrie un poco, balanceando sus pies mientras los observaba en un gesto algo infantil. Sin duda aquella vampiresa era una contradicción incluso dentro de su propia especie, pequeña y de apariencia frágil, pero letal. -

Pues cuando niña me enseñaron lo típico.. historia, ciencia, literatura.. protocolo.. todo tipo de luchas y torturas.. soy pésima en las matemáticas - Rie burlona pues era algo que había heredado de su progenitor - luego comencé por mi cuenta a leer y aprender.. es fácil cuando no eres humano.. puedo leer decenas de libros en un día cuando me lo propongo.. así que supongo que se de todo, sería injusto ir a una universidad o escuela cuando puedo darle clases a los mismos que inventaron los libros que ellos leen.. no crees?

—Comprendo el sentimiento, digo no de matar entes extraños pero el gusto de matar en sí. — y si que lo comprendía. Sin duda ese era un motivo por el cuál había seguido tanto tiempo aún después de la tragedia.

—Sorpresivo, aunque seguro y se encargó de esos bastardos — comentó al aire, ciertamente ella le recordaba a quien más deseaba olvidar en estos momentos, sobre todo por esa fragilidad que muestra su cuerpo, una mentira bien labrada. Aunque la similitud con aquella persona solo fuera en apariencia.
Soltó una risotada cuando vio su cara de asco, es tan fácil jugar con ella de ese modo.El Irlandés podía ser muy fastidioso cuando se lo propone.
—¿Qué estudiaste? — curioso la observó, no tenía más que hacer y ya se había hastiado de comer. —Por aquello del sol no? —