aquel instante. Quizá en la oscuridad de los encuentros casuales que se volvían cada vez más constantes, esos donde buscarse y encontrarse como un par de animales heridos se volvía necesario, desde compartir el silencio hasta compartir el calor que tanto les era negado.
Avanzó entonces, relamiéndose los labios, saboreando su propia sangre, no olvidaría aquella noche, esa donde por primera vez Ronan había sido capaz de dar su vida con tal de salvar la suya.

debían ser sorprendidos así, sobre todo al ser Cinthya quien descendió del auto junto al equipo de "limpieza", una Viper veterana no menos dura que el resto de sus superiores. Kaalia le miró queriéndole transmitir su agradecimiento, sabía que él le había protegido y eso la había dejado enmudecida cuando las balas llegaron al cuerpo de Ronan y ella en cambio sólo tenía algunos golpes y el labio destrozado— Gracias, Ronan... —murmuró antes de que la mujer de cabellos castaños llegara hasta ellos en un andar imponente.
— Demasiadas heridas para tratarse de ti, Gray. ¿debería considerar ésto una seña de debilidad? —fue inquisitiva y desdeñosa al dirigirse a Ronan y escudriñarlo con ambas manos entrelazadas tras la espalda, pasando luego a Kaalia con la misma gélida mirada— Vayan al auto ahora. Haremos el resto —Ordenó.

Kaalia no emitió palabra alguna, no debía refutar ante un superior después de todo, así que emprendió camino a la camioneta, ya hallaría el momento para retomar(...)

Cerró los ojos poco a poco, liberando el aire de sus respiros por los labios en exhalaciones cortas pero constantes mientras lo escuchaba, mientras sopesaba el momento y se repetía a si misma que esa conducta no era la adecuada, estaba fallando a todas y cada una de las lecciones que Mathias le había dado hasta ahora; pero... Ante la privacidad que les cobijaba, se dejó llevar, aunque no por mucho, pues buscó ella misma la distancia eventualmente, con tiento y calma al anteponer las manos sobre el pecho de Ronan— Lo sé, soy una tonta —emitió al fin con una sonrisa que no correspondía a la dicha o felicidad, era una sonrisa que no hallaba una razón lógica de existir, pues nacía de la resignación, de la aceptación de sus miedos y apegos, de sus fallos al sentir aún lo que no debería. Pronto una camioneta blindada hizo arribo hasta la enorme bodega donde se había desarrollado el tiroteo y ante esto, empujó a Ronan, apartándolo de si, no porque le incomodara, sino porque no (...)

—¡NO! Tonta... Debiste quedarte donde te dije... ¡Debiste hacerme caso!...— de las primeras misiones de ella y tenían que ser una peor que la otra. Sin duda esta fue la mas peligrosa. La bestia -Ronan- se salió de control al ver que la usaron para querer lastimarlo, fuera por el hecho de ser ella o de atreverse si quiera a amenazarle de tal modo, que su rabia se desbordo. No escatimo en recibir cortes, incluso una bala en el costado del abdomen que dolía deliciosamente. ..ya que la misión no había sido esa, no se preparo para recibir daño pero no dudo en ser el chaleco antibalas de la pelinegra. —Tonta..— volvió a repetir en un susurro aferrándose a su fina cintura todavía infantil. El olor mezclado de ceniza y sangre en su cuerpo, nunca lo olvidaría.

— ... Estoy bien —las palabras salieron trémulas de aquellos labios secos, resaltando la hinchazón del inferior roto por un fuerte golpe. No podía darle un nombre a la sensación que le invadía, pero hallarse en brazos de Ronan le devolvía poco a poco el calor, un calor tan ajeno a sí misma— Estuvo cerca. —dijo con aparente simpleza en su voz, mas no en su actuar, pues ambas manos se aferraron a la espalda ajena con el corazón aún desbocado. Se había traicionado a si misma al tener miedo, no de morir exactamente, sino de no volver a ver a su padre, a su madre, e increíblemente, a Ronan.