Al notar su incredulidad saco lo que parecía un teléfono movil, presiono algunas teclas para posteriormente iluminar la habitación con lo que parecía ser una cegadora luz blanca de la cual saldría por los suelos atrapando el cuerpo ajeno entre sus ramas un enorme árbol que iba ascendiendo por lo alto destruyendo todo a su paso para ir creciendo como si se tratase de una semilla de fréjoles mágicos, aquella estaña criatura comenzaría a derramar esporas que ayudarían a los humanos a sacar de su interior sus mas profundos deseos para lograr conocer completamente a las personas de su alrededor sin ninguna especie de filtros, virtudes, defectos y mas oscuros deseos. - ¿Ahora me cree? - Cuestionaría con una infantil sonrisa mientras de manera inconsciente sembraría el caos con ayuda de su "pequeño amigo árbol.