-Quiero que repitas después de mí. NO. VOLVERÉ. A...- Se detuvo, apuntando con el lado curvo del bastón mientras regañaba a la pelirrosada, pues en el momento en que escuchó sus palabras volvió a arquear una ceja de manera casi exagerada. Bajó la diestra para apoyar el bastón en el suelo antes de responder. -No tengo ni idea de qué pasa por tu cabeza, tiny pink, pero será mejor que dejes de consumir esas sustancias.- Le reclamó antes de girar sobre los talones y tomar su abrigo blanco del perchero para colgarlo en su hombro izquierdo y ajustar el sombrero de hongo sobre su cabello. -Vuelve a mí cuando estés sobria... pero ¿acaso no eres menor de edad?- Sacudió la cabeza, como desaprobara ese comportamiento cuando en realidad le daba igual, y entonces empezó a caminar a largas zancadas en la primera dirección que se le ocurrió.