Ritsuka

Una vez la luz de la habitación se estabilizó y los centenares de resplandores de magia sagrada y de la típica invocación de Servant se disiparon, ella, en completa armadura, pudo divisar a un joven mago. De cabello oscuro y ojos decididos. Al parecer está consciente de que invocó al Rey de los Caballeros. Y en su forma perfecta. Justo cuando su reinado estaba en la totalidad.

Era cierto que no se podía considerar humana, dado a que ahora portaba su lanza sagrada del fin del mundo. El pilar de luz. Rhongonmyniad. Era algo curioso, pues para folklore común, toda persona conoce al Rey Arturo por su espada Excalibur. Pero su Lanza era igual de poderosa.

Se paraba orgullosa. Sin embargo, notó la reverencia y el total respeto con el que el muchacho se dirigía a ella. Eso no se veía en todos los Masters. Ya que, para muchos, un Servant solo es eso. Un Sirviente. Por lo cual, se sintió obligada a agradecer aquel acto de respeto, reverenciando de igual forma, brevemente.

— Fujimaru. . . A partir de ahora, mi Lanza está a tu disposición. Te ayudaré a obtener el grial y con ello cumplir tu deseo. Master. . . —

Ahora solo quedaba esperar, cualquier indicación. Aclaraciones y demás.