RinaVaine

- Al escucharte guardé silencio por unos instante mientras dirijo mi mirada hacia los cielos para luego bajarla con una sonrisa algo picaresca; sabía quizá, que mi respuesta iba ser interpretada como una quijotada o un delirio del alguien que ha leído demasiadas novelas de ángeles y demonios; además, mi estirpe se supondría extinta hace siglos. Fue entonces que decidí simplemente decir regresado aquel seductor mirar hacia ti. – Vengo de un lugar lejano donde quizá se podría tocar el cielo si así gustase; vengo de un lugar donde ningún viajero acepta ir por su terreno maltrecho, vengo de un lugar el cual no tiene nombre y si lo tuviese, en esta misma noche donde nos encontramos, no lo diría. – Mis palabras salieron en una especie de poética atemporal. -