No hubo respuesta. Acercó un pie hacia su estola, notó la increíble suavidad de esta y sonrió de lado. Nunca había tocado algo así en su vida. Buscó poner el otro pie, pero al no tantear qué tan esponjoso era el objeto perdió el equilibrio y la comida terminó encima del misterioso ser.
— No es necesario que hagas esto— Se permitió asegurarle pese a que ella no hablara, no tenía que si quiera observarla para comprender muchas cosas, su olfato era suficiente.
La pequeña no respondió. Era muda, cosa a lo que estaba acostumbrada. Aunque pudiese hablar a los aldeanos jamás les habría importado lo que dijera, puesto que era más fácil ignorarla. Hoy, en este día, ella quería hacerlo. Quería saber quién era esa criatura, qué había sucedido... Si estaba bien. Volvió a insistir con un paso más, luego suplicó con su mirada y el ofrecimiento de sus manos que comiera.
