Yo no puedo ser un ángel consagrado, pero puedo ser tu aliada en todos los escenarios. Quererte a mi modo, cuidarte a mi manera, aunque yo ya no sepa, ni pueda querer de modo normal. Si te prometo que siempre te cuidare.
-Cuando se aproxima un aroma dulzón que viene de la recién nacida se impregna al ajeno, con mucho cuidado la mujer de cabellos azulados se va desprendiendo de la niña, aquella estaba vestida con un trajecito rosa y un pequeño sombrero que hace juego con su tenida. La bebé se inquietaba un poco pero al ver a los ojos de su padre parece quedar fija su atención en el.-
Y espero que puedas cuidarla cuando yo no pueda, descuida, te dejaré lo necesario, además parece que te reconoce porque no llora, seguramente es por tu voz.