Y tú eres el hombre destinado, el chico de la profesia. Tu y solo tú puedes traer paz al mundo, nadie más. -Abarca sus laterales en un abrazo apretado y luego lo confuce hasta una pizarra.-
Por otro lado, Nagato, creo que hemos gastado mucho dinero, y debo decirte que estamos en banca rota, creí que este sería el momento para confesartelo.
-Plegó los labios con una semi sonrisa, mientras soltaba sus cabellos y retirar el semblante tras las caricias.-
¿Existe eso? eres una persona malvada, por eso debo estar cerca de ti, y ser tu freno, pero si, existen unos sentimientos aquí, son absolutamente corrosivos.
** aceptó aquel beso, para luego mirarla y acariciar el mentón de ella con suavidad, a su lado nagato siempre estaba en paz aunque se mordiera los labios y lengua por algunas cosas que hacia. **
Yo soy la única que tengo derecho a devolverte dolor, y que seas mi hermano es un poco de eso. -Con toda docilidad retira un mechón para acercarse y dejarle un beso cerca del pómulo; hoy definitivamente está venenosa.-
Y aún así, no puedes eliminarme,ni dejarme atrás, soy tu maldición.
Ya sabes las cosas que han pasado entre nosotros, este corazón no te ve como una hermana.
** no soporto esas caricias ella andaba tan caprichosa ese día tan cariñosa, le encantaba sus caricias y ese apreciado actuar lo amaba, sólo sonrió agradado lo haría así nada más con ella **
Y si decido tratarte como hermano ¿qué harás? -Hoy está especialmente mordaz, mientras reviste aquellas mejillas de caricias, gestos dedicados de su parte.-
Podrá ocurrir pocas veces, pero ocurre, eres tierno -Le afirma posesiva mente las mejillas para que no deje de mirarse el reflejo.- . . .y amargado -puntualizo, parece que hoy tenía muchos deseos de molestarlo.-