-Omnisciente percibe cada detalle, del paisaje eternal.
Constituido de efigies de magia, evoluciones etéreas del creador, ese mundo es diferente al que ella está acostumbrada. No hay un paisaje húmedo, ni frío, no hay sangre por doquier y la luna es la emperatriz que siempre debió ser.
Que. . . acogedor. -Habia palabras mejores para describir el ejemplar paraíso taciturno, y ella ahora absorta, trata de detener sus piernas que por la inhercia se dirigen a un gran árbol madre.-