ReigaGiou

Su corazón dio un brinco ante los cuidados del nombrado Reiga. Había olvidado el tacto sin miedo o repulsión de otro ser humano en su trato. Jenna y Francis trataban de hacerle sentir como una adolescente común al llevarle a hacer cosas de adolescentes comunes como ir al cine, comer en fast food, probarse ropa importada o tomar café en una cafetería sumamente conocida. Pero los tres no eran adolescentes comunes y en el fondo lo sabían aunque eso no les quitó el rebelarse por un tiempo. Dio un parpadeo al darse cuenta de que sus pensamientos no duraron más de un minuto por lo cual pudo aceptar su invitación a acomodarse como una mariposa, en primavera, a su lado. Los pómulos aún decorados fueron pintados nuevamente suplantando el color anterior con uno más notorio a tales horas de la noche. Era agradable escucharlo.

- ¿Lo tengo? - Amable. El sinónimo apareció como un rayo inesperado pero se adecuaba a la personalidad del joven Giou. Dirigió su mirar hacia los ojos ajenos. Sus grises luceros, supuso, compartían la rama del color de los ajenos. Esos que tanto trabajo le había costado crear en papel ¿Podría hacerlo ahora que compartían palabras? Sonrió con sutileza. - Arte. Caminaba por acá y tuve curiosidad. Al parecer mis instintos no se equivocaron. - Recogió un bucle rojizo, que dificultaba su vista, para ponerlo atrás de su oreja con rapidez.