I'm the darkness... I'm a necromancer...
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morphingqueen00 · F
[med]Por tiempo indeterminado la reina indagó e indagó... Investigando algo que en parte no le causaba mucha euforia. Después de tanto años, deseaba poder dedicarse al reino pero sentía que cada vez estaba más y más lejos de tener esa paz que anhelaba.
" Jamás olvides la oportunidad que te hemos concedido... Es nuestro agradecimiento por todo lo que hiciste. " Las palabras de los Dioses antes de su sacrificio sonaban en su mente, haciéndola recordar que quizá, debería ya estar muerta. Porque incluso los inmortales tienen un fin, en algún momento. Estaba quizá en deuda para con ellos pero, la verdad es que nunca pidiera nada... Se había redimido, el día en que murió, con la garras de su gemela en su vientre al haberse vuelto mortal.
El perdón... El perdón es una bendición de la cuál mucho no entienden su significado y la muerte... La muerte es santa para los que ya cumplirán con sus objetivos de vida. La reina, aún princesa en esa época, sintiera que sí, había completado todo en su vida pero no, no era así de todo. Allí estaba... Pero... Por qué estaba su vida tan relacionada con la del nigromante?
Además, por qué estaba tan interesada La Voluntad, en él?
No rechazaría los pedidos de la Voluntad pero la verdad es que en parte rechazaba creer que era también su propio interés, perseguirlo.
Así, el ángel de fuego fue al Vaticano, santo Estado de los creyentes de la Tierra. Tenían ellos una noción muy distinta de los ángeles y de los demonios. Pero la reina no opinaba, no comentaba, no era contra ni a favor. Ella no pertenecía en aquél lugar, no era algo en que entrometerse. Disfrazada entre la humanidad, llevaba sus cabellos negros muy largos y sus orbes de un azul que incluso ella cría ser demasiado humano para ella pero la verdad es que así era su apariencia al perder su inmortalidad y por ello, eligiera disfrazarse de como ella era, cuándo de verdad se convertía en una mera mortal.
No sabía sí iba a encontrar el nigromante o no... Y aunque pasara, quizá no sería tan bueno dicho encuentro puesto que ella sentía que él la odiaba.
Hellia se perdió en tan pequeño Estado, maravillada con la arquitectura, con la historia (verdadera o pura fantasía que corrompe los Hombres), inmensa, en tan reducido espacio.[/med]
" Jamás olvides la oportunidad que te hemos concedido... Es nuestro agradecimiento por todo lo que hiciste. " Las palabras de los Dioses antes de su sacrificio sonaban en su mente, haciéndola recordar que quizá, debería ya estar muerta. Porque incluso los inmortales tienen un fin, en algún momento. Estaba quizá en deuda para con ellos pero, la verdad es que nunca pidiera nada... Se había redimido, el día en que murió, con la garras de su gemela en su vientre al haberse vuelto mortal.
El perdón... El perdón es una bendición de la cuál mucho no entienden su significado y la muerte... La muerte es santa para los que ya cumplirán con sus objetivos de vida. La reina, aún princesa en esa época, sintiera que sí, había completado todo en su vida pero no, no era así de todo. Allí estaba... Pero... Por qué estaba su vida tan relacionada con la del nigromante?
Además, por qué estaba tan interesada La Voluntad, en él?
No rechazaría los pedidos de la Voluntad pero la verdad es que en parte rechazaba creer que era también su propio interés, perseguirlo.
Así, el ángel de fuego fue al Vaticano, santo Estado de los creyentes de la Tierra. Tenían ellos una noción muy distinta de los ángeles y de los demonios. Pero la reina no opinaba, no comentaba, no era contra ni a favor. Ella no pertenecía en aquél lugar, no era algo en que entrometerse. Disfrazada entre la humanidad, llevaba sus cabellos negros muy largos y sus orbes de un azul que incluso ella cría ser demasiado humano para ella pero la verdad es que así era su apariencia al perder su inmortalidad y por ello, eligiera disfrazarse de como ella era, cuándo de verdad se convertía en una mera mortal.
No sabía sí iba a encontrar el nigromante o no... Y aunque pasara, quizá no sería tan bueno dicho encuentro puesto que ella sentía que él la odiaba.
Hellia se perdió en tan pequeño Estado, maravillada con la arquitectura, con la historia (verdadera o pura fantasía que corrompe los Hombres), inmensa, en tan reducido espacio.[/med]