ReigaGiou

**No respondió. Cualquier idea que hubiera podido expresar, murió en sus labios enseguida. ¿Cómo podría ella intentar siquiera deshacerse de aquellos viejos recuerdos de su vida anterior cuando eran ellos mismos los que insistían en pasearse por su mente una y otra vez desde que se reencontraron? Sostuvo la mirada al nigromante quien se la devolvía con arrogancia. Sabía que tenía razón, tenía que admitir que la conocía tan bien. En efecto, los lazos con las personas que quería siempre habían sido importantes para ella. A pesar de su papel, a pesar de su sobreprotección y la creciente soledad en su alma, siempre guardó como un preciado tesoro la compañía de sus guardianes, el amor que había sentido por Luka… pero ahora… estaba sola… No había nadie a quien se debía proteger de un enemigo que no mostraba la mínima intensión de dañarla y al parecer… aquel viejo pacto tampoco estaba vigente ya. La tristeza se asomó a sus ojos sin poderlo remediar. Se abrazó a sí misma al caer en cuenta de todo aquello. Dentro de su corazón, en algún lugar, sabía que Reiga tenía razón y había dado en el clavo… Solo… que ella no había aprendido, a pesar de los siglos, a vivir en soledad**