-Ella se sentía rara aunque su rostro no lo demostraba. Sabía que era distinta pero no sabía cuanto. Pero lo que mas le inquietaba era el que él chico lo sabía, y ella no tenía ni la mas mínima idea de quien era ella. No al menos hasta que él se lo hizo saber.-
Acotó mostrando su típica expresión despreocupada y con su típico tono calmo la hablar, pues era cierto que ambos poseían un cuerpo artificial y un alma superior a la de los humanos, o lilims. El nombre que utilizaba el abino para referirse a los seres humanos.