** — Ahora lo entiendo... es algo un poco difícil de creer, pero seguramente mis camaradas al igual que yo no percibimos malas intenciones en ti, a pesar de ser un Spectre — estira su capa y da al menos tres pasos en dirección de la silueta portadora de la sapuri alada.
— No sé si darle la bienvenida o tomar una reprimenda señorita Rebeca... llegar al hogar de una persona desconocida y robar sus cosas no es un acto muy noble, ni siquiera lo es para un sirviente del dios Hades — deja libre una sonrisa y con un gesto corto niega un poco.
— No hace falta una reverencia... para mí es suficiente que al menos pida una rosa antes de dedicarse a cortarla solo para complacer uno de sus gustos. Esa no es una rosa común... pues al igual que esa, todas estas son rosas demoníacas reales. Son botones muy tóxicos capaces de matar a cualquiera en cuestión de segundos, al menos debió preguntar antes de robar algo de este templo sagrado... — quedó claro para él que muy pronto ella empezaría a manifestar los síntomas del envenenamiento. Lentamente sus sentidos primordiales comenzarían a decaer. — Empieza a sentirse mareada ¿cierto? ... eso es sólo el inicio, en poco tiempo sus movimientos se harán torpes y sus piernas empezarán a fallar, dejando solo un camino lleno de dolor y agonía antes de morir. Sin importar que tanto intentes resistir, al final el veneno hará su trabajo... la verdad yo no deseo que mueras aquí, pero esto es consecuencia de tus propios actos... tal y como en algún tiempo lo hacía Kagaho, tu al igual que él posees ese impulsivo deseo de hacer las cosas a la fuerza — vuelve a sonreír acercándose un poco más hasta ella — Digame señorita Rebeca ¿Que piensa hacer? — **
