*La tomo del rostro y planto un beso a sus labios, sosteniendo firme el rostro de la dama, se separo muy lento y susurro*

Te amo... eres mi compañera... no quiero dejarte

*Le miro suave dando otro beso a los labios de la fémina*

Ya no te vayas

*Habló en voz baja, casi imperceptible. Habían cambiado tanto las cosas en esos meses, pareciera que no era la misma de antes.*

*Le miro en silencio*

Yo te necesito a ti...

*Se acerco dando un beso a su frente separándose de nuevo sin dejar de acariciar el rostro de la ajena*

No te odio

*Ladeó el rostro en dirección a los dedos que le acariciaban la piel. Había extrañado ese tacto. Había extrañado todo de él*

Odio que continúes con ello. ¿Aún lo necesitamos?

*Se acerco a la asesina quedando frente a frente con ella*

No me mires así, como si me odiaras.

*Se atrevió a deslizar sus dedos por una mejilla de ella acariciandola*

Tú dímelo.

*Se notaba el resentimiento por la ausencia*

Se está haciendo costumbre. Un día temo que simplemente no vuelvas.

¿Eso es malo?

Oculto. Simplemente nunca cambiarás.