─ ¡Ven aquí tontita!... ─ tomó su mano en un descuido, con sutileza y una muy clara muestra de habilidad en su acción fue capaz de atraer el cuerpo de su pareja hasta él, rodeándola con ambos brazos, acortando así mucho más esa distancia.
─ ¿Aún dudas de mí? Sabes que te amo y ese sentimiento no es algo pasajero... te tengo presente en cada momento del día, eres tú la chica que me hace suspirar a cada segundo, amo todo de ti cariño, incluso ese carácter duro que posees; prometí caminar a tu lado hasta el final de los tiempos, y así será al menos hasta que tú lo desees... ─ aquel abrazo se mantuvo mientras sus palabras fluían y su mirada daba fe de credibilidad, pues no se alejó en ningún instante de los ojos ajenos.