— Hablas demasiado para lo que haces, experimento "Aitor". Eres tú quien la metió en la boca del lobo y quieres buscar culpables cuando tú mismo sabes las consecuencias de tu existir. Si regresaras a casa, entonces ella sería protegida, pero como no volverás, entonces ella al igual que tú, es un objetivo para Einfer. Pero no un objetivo a atrapar, sino a matar.

Respondió la chiquilla en un tono distorsionado, como si dos voces hablaran al mismo tiempo. Sus ojos violetas brillaban ante los rayos que aún hacían estragos en la madera del árbol, incinerandolo, pero más que lastimarla o herirla a ella, Ladeó la cabeza y sonrió aún con más malicia. Sus ojos brillaban cada vez más y el poder qué radicaba en ella se hacía más y más presente, escuchandose de nueva cuenta el crujir de madera por todos lados, saliendo árboles, ramas y preciosas flores por cada rincón, hasta llenarse de vegetación, y más que quedarse quieta, aquella vegetación buscaba entorpecer el movimiento y disminuir el es