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de inmediato pequeñas explosiones eléctricas visibles desde la punta de sus dedos, hasta ambos antebrazos y extendiéndose rápidamente sobre la torneada figura del albino quien se mantuvo tranquilo en su posición, esperando la retirada de su hermana a un lugar seguro y alejado.

─ Entonces ¿te han enviado a enseñarme modales? Vaya, eso si que es gracioso...! Te digo la verdad, las etiquetas no van conmigo, así que puedes ahorrarte el discurso...

Dejó libre sus brazos ahora delante de él, de un modo defensivo, no dejando pasar por alto, las tenues ondas de sonidos presentes en el ambiente y las cuales eran captadas por su perfeccionado canal auditivo. Esto le permitirá predecir distancias y movimientos de manera rápida y sin necesidad de esfuerzo.

Aunque el lapso de tiempo en que transcurren aquellos eventos era relativamente corto, la tensión que crece a pasos agigantados parecía hacer largo cada segundo, incluso tuvo tiempo para pensar en una manera de detener al sujeto delante de él sin llegar a comprometer aspectos relevante. Sin embargo no podía afrontar aquel encuentro solo fiándose de su instinto, ni mucho menos debía envolver a Scarlett en una batalla sin sentido y que no traería ningún tipo de beneficio importante para ninguna de las dos partes.

Escucho aquella invitación elevada por el contrario, sin embargo, él no era alguien precipitado, el paso de los años y el entrenar junto a su hermana le enseñaron a analizar muy bien cada escenario y en especial a sus oponentes, pues tenía habilidades que le daban cierta ventaja sobre diversas situaciones.

Aquel llamado, no afectó en nada el semblante del albino, por un instante se le vio alzar ambas manos solo para acomodar los protectores sobre sus orejas, liberando

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habilidad. Y de inmediato, varios de los objetos que tenían piezas metálicas en la calle comenzaron a vibrar, respondiendo al rubio como una especie de magneto andante.

— Ven aquí niño... he de enseñarte algunos modales... ++ [/code]

[code]++ Le emocionaba aquella reacción del contrario. Valentía, un acto que disfrutaba tanto pues era algo tan fácil de romper y volver tragedia. Su desquiciada sonrisa prevaleció.

Heroísmo, un acto tan inútil pues sabía que de terminar el trabajo con aquel, iría tras la mujer y éste ya se había encargado de preparar la ciudad colocando algunos sensores de movimiento para rastrearla sin mayor dificultad.

Su mirada comenzó a brillar, especialmente el ojo derecho, el cual yacía bajo aquella media máscara sobre dicho hemisferio. Era un brillo carmesí, el cual daba un aire violento. Su mirada se centró en Aitor ante aquel grito, parece que su intención de captar su atención había funcionado, más esto solo sería temporal hasta que terminase su trabajo con éste.

Extendió su brazo derecho, torciendo sus dedos sin cerrar su puño, de hecho dicho brazo se encontraba cubierto por un guante negro-azulado, del que diversas chispas y descargas se manifestaron como muestra de su
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─ Ve a casa... ya sabes que hacer... no te preocupes por lo demás, yo me ocuparé de todo...─ Dijo con voz baja para la chica, dejando a un lado su tono fraternal, mostrándose ahora más frío y seco.

─ ... muy bien! Creo que ya es tiempo de saludar de manera adecuada... ¿No te parece? ─ exclamó buscando llamar la atención del visitante.

Muchas cosas empezaron a rodear sus pensamientos en ese momento, la situación parecía desarrollar un "deja vu" ya antes experimentado, con la ligera diferencia, de que esta vez se encuentra preparado para afrontar el peligro, dispuesto a enmendar su terrible error en el pasado. No dejaría por ningún motivo, que aquella amarga situación volviera a repetirse, esa era su promesa

La incomodidad reflejada en el rostro del albino fue notoria, sabía de antemano que aquel encuentro no era simple casualidad; desde pequeños siempre se mantuvieron en constante movimiento, llevando un bajo perfil, tratando con ello de alejar las sospechas y por ende el peligro. Aprendieron a tomar toda situación como un compromiso, independientemente de cuál fuese el motivo, la vida simplemente era un círculo paranoico que buscaba asfixiar sus esperanzas de ser libres y encontrar paz.

Las frases susurradas por el desconocido no pasaron desapercibidas delante de su agudo sentido auditivo, quizás había cometido un error exponiendo parte de su información, pero estaba claro que aquel visitante tenía muchos más detalles bajo su custodia. Detuvo su andar, frenando en seco a la joven escarlata antes de zafar su brazo de aquel agarre, volviendo su mirada fría y penetrante nuevamente al chico detrás de ellos.

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todo cambió cuando escuchó decir el nombre de aquella chica con prisa.

— ¿Scarlett? ¿Dijo Scarlett?

Susurró para sí mismo, el nombre le sonaba conocido. Su mirada se abrió con leve sorpresa, atónito. Rápido buscó en su memoria aquel nombre que habían recitado, el nombre... pronto a su memoria vinieron recuerdos de los archivos compartidos por el laboratorio de desarrollo, entre ellos la foto de la chica, junto algunas líneas de la descripción de la misma. "Cabello rojo..."

— Así que... aquí estás... he he he...

Continuó entre susurros mientras esbozaba una sonrisa bastante complacida por aquel descubrimiento.

— ¿A donde van? Si la diversión comienza al 2x1. ++[/code]

[code]++ Estuvo a punto de abalanzarse en contra de aquel muchacho, no fue hasta la llegada de la pelirroja que detuvo su ímpetu combativo en un acto de discreción y auto-control. Le parecía curioso que aquella tratase de ejercer control sobre la situación, algo que parecía ser característico de dicha fémina ante los ojos de éste. Mantuvo un gélido silencio ante el cuestionamiento de la recién llegada, manteniendo únicamente su mirada fija en aquel par. ¿Quién era ella? ¿Qué se creía el anda dando órdenes a diestra y siniestra? ¿Por qué se encontraba ahí ayudando a su objetivo? De algún modo aquella le parecía familiar de algún sitio.

Escuchaba aquel intento de autoridad a través de su estricta voz que en algún momento parecía haber percibido algo de miedo por estar en una situación desconocida. Estuvo a punto de hacer la vista gorda a tal encuentro, pues por un instante la idea de haber cometido un error y confundir aquel chico cruzó por su cabeza. Sin embargo, [...] [/code]

─ Veo que tienes prisa Scarlett... al parecer hay buenas noticias ¿quieres adelantarte y esperarme en casa? quiero escuchar a detalle cómo estuvo eso, también tengo derecho a emocionarme ¿no? ─ dijo con un tono dulce, ese que sólo aflora para la dama de cabellos escarlata, misma que representa ahora su único motivo para luchar y mejorar.
Pero a pesar de su euforia, la dama parece tener otros planes pues sostiene con delicadeza uno de sus brazos, alejándolo de aquel aire seco e incómodo, a lo que no se resiste y un poco sorprendido, le sigue el paso.

─ ... ¡tsk!... ─ un chasquido pronunciado reafirma el poco interés en la palabrería contraria, de alguna forma aquella presencia no causaban en él mayor sorpresa, por lo que su mirada fría y silente se mantuvo intacta.
─ ... Deberías cuidar un poco más ese lenguaje niño, no todas las personas llegan a ser tan tolerantes de algunas actitudes... ─ dejó salir un hondo suspiro en lo que su mente analiza un poco el qué hacer sin llegar a revelar mucha información.
Sin embargo una voz familiar interrumpe la interacción de ambos jóvenes, siendo oportuna o quizás complicando las cosas mucho más para Aitor, quien ahora la debe cuidar mucho más que antes.