... -En silencio, caminó hacia la elegante cama nupcial que ambos compartían, recostándose al lado correspondiente y cubriendo su cuerpo con sus sábanas- Buenas noches. Y no molestes.

Claro, no queria molestarte y lo sabes -molestar a su esposo con algo no era algo que estaba dentro de sus planes, al menos la mayoría del tiempo- Podemos regresar a descansar

¿Ahora podemos volver a dormir? -Le preguntó al joven dragón, cruzado de brazos y mirándole con algo de fastidio.

-No le molestaba que el otro caminara con el enganchado en su cuerpo, mas bien, le tranquilizaba el saber que no tenia que regresar solo a la habitacion. Una vez escucha a la rata retirarse, observa alrededor y se baja lentamente de su esposo, suspirando tranquilizado- Gracias...

-Cuando se da cuenta que no había remedio para que Meiren pudiera soltarle, a regañadientes decidió ir hacia la habitación para buscar esa rata, teniendo al joven dragón aún enrollado a su cuerpo. Ante la presencia del emperador alli, la rata rápidamente salió disparada de debajo del lecho nupcial, huyendo al saber que Ranshao estaba alli- Listo.

-aunque le suelta, Meiren vuelve a saltar hacia los brazos de su esposo, envolviendolo fuertemente con su cola para que no le dejara ir de nuevo- Debajo de la cama...

¿Qué dices? -No sabía si sentir burla, pena ajena o molestia al escuchar esa respuesta de él. Le suelta de inmediato, frunciendo el ceño. - ¡Bájate! Deja de ser un cobarde y dime en qué sitio viste esa rata.

Habia una rata en el cuarto

¿Y qué diablos quieres, lagartija?

No es lo que parece...