Esa "sucia lagartija" es quien unico puede darte descendencia, al marcarlo como tu omega ni siquiera puedes tener sexo con otros -responde con voz firme el dragón, claro, despues de que el contrario deja de reirse de forma tan descarada, frunciendo el ceño y golpeando su frente con su dedo- Eres la representacion de los humanos mas idiotas, pero junto con ellos sufriras teniendo que mantenerte atado a un dragon por el resto de tu vida, claro que eso es tu propia culpa ya que hasta que uno de los dos no muera, el otro no se podrá librar de ese yugo.

... - El emperador escuchó aquella sentencia por parte del imponente dragón y comenzó a reir a carcajadas a todo pulmón, resonando su risa por todo aquel santuario de meditación. - ¿Hijos con esa sucia lagartija? ¡JA! ¡Ni en mis más mórbidas pesadillas! - Reía a más no poder, teniendo que inclinarse un poco para recuperar su respiración normal. - ¡ABSURDO!

Matarte? Ya quisieras que te diera ese gusto, morir como el asesino que eres no es suficiente -comenta sonriendo de lado, acariciando su barbilla con los dedos y su pierna con la cola- Voy a maldecir a tu primogénito... como castigo por esa matanza, todos tus hijos serán 100% dragones... no tendran nada de ti, sino que de tu esposo.

¿Y qué harás? ¿Asesinarme a mí también? ¡Ja! No hay diferencia alguna entre ustedes y los humanos. Presumen ser criaturas piadosas y sabias, pero en sus venas corre la sangre que busca siempre venganza contra nosotros... - A pesar de que el emperador tenía todas las de perder frente a ese enorme ser, no mostró ningún tipo de cobardía ante él. Mas bien, sonreía de burla y le miraba con desprecio. - Adelante. Mátame y a todos en mi palacio...¡¿QUÉ ESPERAS?! - Chilló, mostrando una cara enloquecida, sosteniendo con fuerza su bastón mágico. -

Oh... así que fuiste tu... -responde tronandose los dedos en ese momento, frunciendo el ceño y apartando el baston ajeno, poniendo la mano en su cabeza y apretando con fuerza pero sin dañarlo- Escuché que alguien habia acabado con la tribu de dragones de agua e hielo... te he estado buscando todos estos años, asesino de dragones.

...!!! - Al oir la palabra "dragón", de inmediato se puso en alerta, invocando su bastón mágico y apuntando con este directamente al cuello del sujeto que se decía a sí mismo ser un dragón. No lo dudó por un segundo, al observar la descomunal estatura de este y aquellos cuernos sobre su cabeza. - ¡ACABÉ CON TODOS USTEDES HACE AÑOS! ¡Maldito Meiren! - Gritó furioso, hirviendo en cólera al darse cuenta que su esposo lo traicionó de la peor manera. -

Soy un dragon, acaso no se me nota? -pregunta sonriente, agitando su cola y caminando hasta quedar en frente del contrario-

... - El emperador estaba meditando a solas en el suelo maderoso del templo, cuando escuchó esa voz a sus espaldas. - ¿Quién demonios eres? - Preguntó sin moverse de su postura de meditación, abriendo sus ojos y mostrando una expresión de molestia, ante esa innecesaria interrupción. -

Otro humano pequeño(?)