Cerrando la promesa Rakan extendió su mano de la misma manera que Xayah uniendo su meñique con el de ella en una especie de gancho, una promesa inquebrantable. — Juro con dedito — y su mano libre la llevo a así pecho, agregando todo su corazón como a cada promesa que hacía a su amada. — Nunca te voy a fallar, miella. — al soltar su mano la rodeo por la cintura con las dos y la atrajó hacia su cuerpo, inclinándose para pegar su frente a la de ella.
Lo conocía mejor que nadie. Sabía que lo tenía en su garra de ave desde que lo aduló de esa forma. Y vaya que él parecía un presumido pavo real cuando hacía ese ademán, lo cual, por supuesto, le pareció tan atractivo que le hizo soltar un pequeño suspiro, que inmediatamente disimuló con una risa suave. —Entonces... es un secreto y una promesa a la vez.— Extendió su diestra, cerrando todos sus dedos menos el meñique. —¿Juras con dedito?
— ¡Jah! Si crees que con eso podrás convencerme...— Hizo una pausa mirando fijamente a su amada, sonriendo con complicidad. — Estás en lo correcto. — Alzó ligeramente su mentón y su pecho, cerró sus ojos con una sonrisa encantadora. — Me compraste con lo de ser tan guapo ~
Colocó una de sus manos en la cintura, arqueando una de sus cejas. —No negocio con terroristas.— En sus labios se dibujó una sonrisa ladina. —Sin embargo, podría hacer una excepción al ser uno tan guapo. Guarda el secreto, y te invitaré un helado de chocolate, el más grande que podamos encontrar.
—¿Y asumir toda la culpa?...— Jovial comenzó a reír antes de apoyar sobre su diestra su mentón, pensativo, cómo si analizará su decisión. — ¿Que ganaría yo a cambio?
