Carraspeo, en realidad era consciente de esa arma que tenía Yae bajo la manga y no era ni sería capaz de refutar eso. Al verde acorralada rozó ligeramente su nariz contra la ajena. — Eres muy benevolente, gracias ~
Con un gesto de inocencia se mordió ligeramente el labio inferior. Ei podía hacerse la sabia, pero aún así, la sacerdotisa había sido siempre más astuta y eso ni siquiera el paso de los siglos lo podría cambiar. —Oh vamos, habla de responsabilidad afectiva la chica que me ignoró durante quinientos años.— Más no lo dijo con molestia, más bien, parecía incluso divertida. —Pero como mi corazón le pertenece al tuyo, ya te perdoné.~
Ladeó ligeramente su cabeza y una suave risa escapó de sus labios. Negó para acercarse un poco más a ella terminando por desviarse y besar la comisura de sus labios. — Eso ya no funciona conmigo. Así que se responsable. — Aunque Raiden no era nadie para hablar acerca de eso.
No... yo no recuerdo que estuviéramos hablando de eso, más bien, estábamos hablando de mi inocencia y tus acusaciones sin fundamentos. -Con movimiento grácil alzó los brazos, para rodear su cuello con ellos y apegarse. Su cola de zorro apareció, rodeándola también.-
Sabía perfectamente como girar las circunstancias a su favor. Ese acercamiento provocó que la mirada de Ei se afilara ligeramente. — ¿No estábamos hablando de lo mal que tratas a mis pajarillos?— sonrió de medio labio y abrazó a Miko por la cintura.
