"Pará qué un mundo mejor exista, debes estar dispuesto a destruir al anterior"
-Esa frase rondaba por los pensamientos del último guardian, mientras que se encontraba purificando un lago en las cercanías de su asentamiento- -Quizas esa frase tenga razón en algo pero aún así parece un poco cruel cultivar un suelo con el polvo de un mundo destruido...
-La bestia sagrada cegado por el ataque hecho al cielo dirigió su mirada a este en espera de poder esquivarlo sin darse cuenta de lo que estaba haciendo la chica frente a él, de pronto solo sintió como la flecha impacto y luego otra y más recibiendo unas tres en total , la corrupción comenzó a reaccionar a la extraña flecha, se sentía como si la flecha ardiera al entrar en contacto con su piel -
-Rawwwwr
-La bestia grito con fuerza mientras caía de rodillas sobre el suelo, mientras trataba de quitarse la flechas, terminando en un rotundo fracaso ya que al tocarla el dolor aumentaba -
Rostro fue cubierta por una de estas, de pronto su ojo derecho se abrió y brillaba con color intenso purpura, el guardián clavo sus pies en el suelo y con su fuerza bruta se levantó de golpe destrozando parte del suelo debajo de él -
-Él guardián sumergido dentro de su propia incociencia no sabía lo que sucedía a su alrededor, aún así parecía calmado y por momentos parecía feliz, por fin alguien había puesto fin a su larga y tortuosa vida, había perdido tantos seres amados y olvidado a muchos otros más por su propia debilidad, verse a sí mismo flotando en la nada le daba paz y le ofrecía la oportunidad para por fin descansar, pero de pronto toda esa paz y tranquilidad comenzó a ser tragada por una enorme mancha oscura, el guardián con desespero trata de no ser tragado por esta, pero le es imposible de pronto sin darse cuenta ya está en vuelto en su totalidad, su mente fue consumida en su totalidad por esta oscuridad y fue así que en su exterior se manifestó por primera vez "La corrupción de Ragnar" * -La mataré...
-Musito mientras era cargado por aquel animal aún inconsciente, un fuerte palpitar comenzo a salir de él mientras que su piel comenzaba a cubrirse por manchas negras, incluso la mitad derecha de su ro
—No... no... NO! —Se levantó del suelo, lanzando un grito cargado de furia que hizo volar al resto de las aves que apenas comenzaban a acercarse al sitio al creer que ya había por fin calma.
Gisli se habría ido feliz, satisfecha de haber logrado vencer a la causa de su resentimiento, pero su disculpa venida en muy mal momento la hizo enfurecer.
—¿Por qué tenías que pedir perdón? TSK! —Caminó alrededor del cuerpo inerte y aún moribundo de su ex esposo, deteniéndose a la altura de su cabeza. Lo miró por algunos instantes, considerando qué hacer. De pronto, años de dolor y resentimiento vinieron a su mente, mermando ese pequeño indicio de consideración y misericordia. Tomó su espada que yacía junto al guardián y colocó la punta a unos centímetros de su cabeza.
Lo dudó. Estaba indefenso. ¿Era por eso? Hizo un sonido de desagrado con los labios y apartando la espada, se alejó del sitio, dejando a Ragnar a morir solo en ese lugar.
-Colgado y sin fuerza para hablar era bombardio por recuerdos que incluso el desconocía, sucesos que le hacían pensar que estaba viendo los recuerdos de otra persona, recordó su ceremonia, el entrenamiento con su maestra y algo que definitavamente no recordaba su boda con la guardiana conocida como Gisli, estaba por perder el conocimiento cuando unas palabras lograron salir de su boca -
-Perdoná... Gis...
-Fue lo único que alcanzó decir antes de perder el conocimiento por completo quedando en aquel charco de su cálida sangre que pronto comenzó a correr hasta el lago cerca de donde fue el enfrentamiento contra la Emperatriz -
—Aún no lo entiendes, Ragnar —Musitó la mujer que observaba desde su posición, la sangre que recorría las púas que habían protegido a la Emperatriz dragón del ataque del guardián. Las puntas, lentamente, una a una, fueron desencajándose de la carne de Ragnar, dejando enormes y profundas heridas en su cuerpo.
La última de las estacas, clavada en el vientre del varón, bajó el cuerpo de su víctima moribunda en el suelo, a merced de Gisli, que acercó los pasos hacia a él para mirarlo. Solo se acuclilló, cual si de pronto hubiese tenido piedad de él y sonrió, sin la malicia ni el rencor que le guardaba, sólo lástima por la necedad de quien fuese en antaño, alguien importante en su vida.
—Quizás, en otra vida, querido, las cosas hubiesen sido diferente. Por ahora, dejaré que mueras aquí, lentamente, y estas ramas, serán tu sepulcro. No te preocupes, no te lloraré, ya lo hice mucho tiempo antes. Ahora, descansa, querido. Que la corrupción se acabe contigo. —
-No pudo esquivar aquel ataque debido a lo sorprendido que estaba, ¿por qué una guardiana corrupta aún podía tener dominio sobre el bosque? Antes de que pudiera siquiera seguir preguntando las raíces penetrar on muy fácilmente su escudo, haciendo que este se desvanecer poco tiempo después, quedando aquel guardián colgado y sangrando de forma abundante -
-¿Por qué?... No es posible.
-Sus ojos perdieron su brillo y nuevamente una incertidumbre comenzó a llenarle, habían tantas cosas que quería preguntar y al parecer no podría -
-Una sonrisa retorcida se formó en los labios de Gisli. Lo vio caer en dirección en su dirección con todo el peso de su escudo y cuerpos.
—¡Huntza! —Exclamó y de pronto, del suelo dónde estaba ella de pie, decenas de gruesas ramas puntiagudas emergieron amenazantes contra el cuerpo del guardián con la plena intención de ensartarlo en el aire. Gisli ni siquiera se molestó por moverse de su sitio, pues las púas rodeaban su menudo cuerpo, mismo que seguía con la acumulación de energía, que se incrementaba cada vez, rodeando el cuerpo de la Emperatriz con un brillo amenazante de color celeste.
—No me confundas con una simple rata, Querido... —Musitó ella, conservando la sonrisa inicial. Su mirada determinada, esperaba ver pronto como a través de la cantidad de púas entramadas, como la sangre de su enemigo -si es que de alguna forma logró quedar ensartado en su trampa- comenzara a gotear sobre ella como una lluvia victoriosa de color carmesí-
-De un solo salto sale del lago alzándose a una altura de seis metros sobre el agua esquivando aquella esfera de energía y aprovechando el agua que era alzada por el impacto de de esta para tratar de despitarle y caerle desde arriba, buscando aplastar a a la mujer con su enorme escudo -
-Maldito invasores... Liberare a mi maestra de tu dominio.
-Exclamó mientras caía desde arriba a una gran velocidad, cada vez su enojo iba incrementando a tal punto que sus colmillos y garras salian por sí solos, dando indicios de que su bestia interior saldría pronto de él -
-No hubo sorpresa en el rostro de la fémina que al sentir su espada chocar contra el enorme escudo, lanzó una esfera de energía que emergió de su mano diestra rápidamente. Aunque no era suficiente para dañarlo, le daría oportunidad de distraerlo al lanzárselo directamente a la cara antes del siguiente movimiento de su enemigo.
El empuje de Ragnar ayudaría a Gisli a alzarse más hacia el cielo, unos 15 metros de altura sobre la superficie del lago, para luego descender hacia tierra firme.
La esfera de energía estalló en el punto dónde Ragnar estaría de pie previamente; si se alejó o no, no podría preverlo.
—CUIDA TUS PALABRAS, RAGNAR! ERES EL MENOS INDICADO PARA LLAMAR A NADIE TRAIDOR, TRAIDOR! —
Se giró para enfrentarlo, concentrándose en la acumulación de energía para un nuevo ataque que le asegurara la victoria. -
