—Con lo bien que hablas de tus tierras me dan ganas de conocerlas pronto— Afirmó mientras dejaba escapar una corta risa divertida —¿Sabes? Durante este viaje, en el momento que tú elijas, podemos ir a tu reino, no importa si es pronto o tras un largo tiempo, cuando tú quieras te seguié hasta ese precioso lugar que tanto amas, porque si es tan importante y valioso para ti estoy seguro de que vale completamente la pena visitarlo ¿De acuerdo Rayen?—

—Puedo decir con certeza que disfrutará del lugar, los reyes y príncipes, se han esforzado por hacer de él un sitio grato para vivir, no recuerdo que haya sido atacado en algún momento— Hizo una pausa y le miro con cierto interés en su rostro — Aun si nuestro viaje no nos lleva en esa dirección, me gustaría conocieras el lugar donde he crecido —

Aún pese a la descripción pequeña que le dió, la forma en que le hablaba sobre el reino en el cual había vivido le hacía pensar en un sitio sumamente interesante, aunque había expresado su negativa a acercarse a grandes sociedades el hogar de Rayen le causaba mucha curiosidad —Si nuestro viaje nos lleva de regreso me encantaría conocerlo... Incluso si en algún momento quieres regresar por algún motivo te seguiría, quiero conocerlo—

Se quedó pensando un momento antes de responder — Es un reino muy grande, compuesto de grandes ciudades, amplias praderas y bosques, los reyes han procurado que todos los habitantes vivan en paz, por lo que es una ruta para los viajeros —Realmente había mucho que podía decir de Asernova, aquel reino había sido su hogar desde que podía recordar, pero nada que dijera la haría justicia a la belleza del mismo — Es imposible describir en palabras simples. He entregado mi vida al reino y a los reyes, por lo que podría exagerar en mis relatos o minimizar su belleza — No le importo o incómodo la cercanía ajena, le dejo recargarse con suavidad contra de él acortando la distancia entre ambos — Espero que en algún momento logro conocerlo —

—Ahora mismo no tengo sueño, así que tal vez deberías descansar un poco tú y tomar la siguiente guardia— Aunque algo le decía que Rayen se quedaría despierto mientras él lo estuviera.

—¿Cómo es el reino del que vienes? El que dejaste atrás para buscar a los tuyos— Cuestionó mientras se envolvía en la capa que le puso encima, inconscientemente se Inclinó un poco hacia Rayen, siempre que él estaba cerca de sentía mucho más cómodo.

—Siempre mantengo mi palabra, si he dicho que le cuidare puede tener la certeza de que será así — Tomo la propia capa que estaba en posesión del otro y la acomodo sobre sus hombros buscando cubrirle de la humedad de la cueva — La lluvia durará toda la noche, será mejor que descanse—

—Fragil...— Repitió con curiosidad, quizás su estado físico no reflejaba la mejoría que el sentía el mismo, de alguna forma quiso tener un espejo en ese momento para verificar su apariencia pero ello no era posible. Soltó una pequeña risa y le dió otra mordida al pan, saboreando la dulzura de los frutos que tenía.

—Dices eso ahora, pero podrías arrepentirte cuando pase de verdad— Mencionó con una sonrisa y se acomodó a su lado frente a la fogata, de alguna forma me gustaba estar cerca suyo, aunque no fue tan impertinente como para invadir su espacio personal.

—No, se ve mal. Me parece alguien fragil, lamento si mis atenciones le hicieron sentir mal, solo pretendo cuidar de su persona he sido yo quien lo despertó, así que debí cuidarlos es mi responsabilidad, no tengo problema con que se ponga caprichoso, yo le cuidare — Sonrió brevemente al verlo comer el pan, por lo que comió el mismo mientras le miraba de soslayo —

—No es molestia, para nada, solo es curiosidad... Me tratas con tanto cuidado que pareciera que piensas que me romperé ¿Me veo tan mal acaso? No puedo evitar preguntarme ese tipo de cosas— Explicó con total calma, en realidad no le eran desagradables las atenciones de Rayen, era la primera vez que alguien lo trataba de esa manera.

—Puedo llegar a ser muy caprichoso si me acostumbras a tratos así— Añadió, en un evidente tono de calma mientras tomaba el pan que le ofrecía y lo olisqueaba un poco —Huele muy bien— Y dicho esto se llevó a la boca un poco, estaba delicioso y ello lo denotó su sonrisa.

Levanto la vista a él mirando su mano y lo que estaba haciendo, no se mostró sorprendido, pero si agradeció con un gesto sutil la luz que aquella pequeña luna le proveía —¿Le molesta que haga las cosas yo solo? — Pregunto luego de encender la hoguera y buscar algo de comida para ambos tomo una hogaza de pan, la desenvolvió de el paño que lo cubría y corto a la mitad ofreciendo un trozo a él— Es de centeno y frutos rojos, lo hacen en el reino —