Sosteniendo la mirada de Hagane, que apreció sensata y decidida, tomó una decisión.
— Autorizaré ese viaje. Tendrás que mantenerme al tanto cada día. Al menor connato de inquietud civil, regresarás a Central.
Determinó, revisando una libreta de bitácoras. Consideró innecesario dialogar o negociar las condiciones de tal permiso; igual asignaría a Armstrong y unos cuantos soldados de refuerzo en caso de alguna rebelión o algo peor; no sería la primera vez que la Milicia debe enterrar un soldado o alquimista linchado en la región, sumamente hostil para con la Milicia.
— Otra cosa, Hagane. Viajarás sin goce de viáticos está vez. [/i]
— No puedo permitir que más personas se sacrifiquen por mi pecado.. — Junto su diestra formando un puño, lo apretó fuerte y suspiró — Te estaré escribiendo a diario y si veo que la situación se complica, me retiraré.. —
Tal vez, el rubio no era sincero, sabía la travesía hasta Ishbal y además, si viajaba hasta el centro de los rumores de la piedra filosofal, no solo se iba a encontrar a un solo enemigo, era muchos: Homúnculos, "Padre" y otros, tal vez hasta la Oscura parte de la malicia que podrían ir, pero.. a pesar del temor de Edward, era solo un chico, que se iba a exponer ante la boca de lobo, pues esa era su realidad, temía.. el era un humano que no quería saber cual era su futuro pero tenía que enfrentarlo por su hermano menor, se lo prometió a Alph.
— .... — Iba a reacción, tan explosivamente como siempre por la palabra "tamaño" pero luego escuchó que el Mayor Armstrong iba a ir con él, aclaró la garganta y la seriedad apareció, así como sus pensamientos se ordenaron y analizó la situación.
¿Cree que con el tamaño del Mayor Armstrong voy a pasar desapercibido? — Una pequeña vena empezó aparecer en su cabeza — Y con esto no me estoy llamando enano — Era una situación muy frágil, tenía que pensar no solo en su seguridad, si no, en la seguridad de cualquiera del equipo de Mustang, ya habían sufrido mucho los estragos por su investigación ¿Y POR QUÉ DEBÍAN SEGUIR SACRIFICANDOSE MÁS PERSONAS POR ÉL? retumbó ese pensamiento en su mente, su conciencia lo estaba matando, y golpeó la mesa del escritorio de Mustang, pero no perdió la calma, tragó una larga boconada de aire y siguió pensando junto a su Superior [...]
Tras pensarlo un momento, se dio la vuelta para verlo de frente. Y concluyó:
— Resguardaremos a Alphonse. Pero no puedo autorizar que vayas solo. Puedes pensar que tu tamaño te hace difícil a la vista humana, pero pretendes ir directo al hocico del lobo.
Alejándose del escritorio, fue donde Foreman, que se encargaba de una base de datos, precisamente de rebeldes Ishbalíes. Después de darle indicaciones, volvió con Hagane.
— Asignaré a Armstrong como tu compañero. Y me mantendré al tanto. No hagas nada estúpido, Hagane.
Analizaba la situación en silencio y con la gravedad que ameritaba. Con un ligero suspiro como para aclarar los pensamientos, se puso de pie. Ambas manos en los bolsillos de su pantalón militar, mientras miraba el gran patio del Cuartel Central, a través del ventanal de su oficina.
Evaluando la situación tensa en Ishbal, consideraba que dejarlo ir solo sería como mandarlo en carreta al matadero. En esas tierras donde la Guerra Civil está en su punto más crítico, la presencia de un joven Alquimista podría despertar furia y miedo en una sociedad herida y marginada.
Él lo comprende perfectamente. Pues estuvo allí e hizo lo impensable.
— De hecho, recibí un par de informantes con lo mismo y lo que alguien me enseñó es que si el rumor crece con más personas, es que la veracidad de la información tiene un buen porcentaje de realismo.. —
Suspiró sentándose justo afrente de él, de esa oficina que tiene capturados tantos momentos tales buenos, como malos, pero Edward estaba curioso, tentado por ir a la información como un cazador ve a su presa, necesitado de respuestas para sus preguntas, sus millones de preguntas, ahora vino lo duro de la conversación con el Coronel ..
— Es en el Oeste de Ishbal, son un grupo de sobrevivientes, sabes que es peligroso y por eso quería dejarte a Alph.. —
Necesitaba saber lo que él Coronel opina, pero era muy orgulloso para pedirle un consejo..
En efecto, el Coronel Mustang puede ser endemoniadamente orgulloso, soberbio, terco y demás malos atributos. Más no era ni injusto ni intransigente; ante la mención de lo que el Alquimista de Acero tiene contemplado emprender, su gesto pasó de uno chusco a otro que le daba la seriedad pertinente a lo que escucha. Entrelazó los dedos de ambas manos e Inclinándose al frente en su escritorio, observó al muchacho.
— ¿Te aseguraste de indagar en la veracidad de tu informante?
Quedó sorprendido por lo que el mismo dijo y luego empezó a enojarse, quería borrar esas palabras que, aunque era verdad, quería ocultarlo por que si no, el Coronel iba a ser puro ego y eso no le convenía, encendió su enojo, el era como un explosivo, lo inicias y ya nadie lo para, pero también era razonable, el Capitán era su "jefe" y también el camino para sus planes, los principales que jamás debía olvidar, era como el pecado que marcó su alma para siempre, así que intentó suspirar.
— ¿Esas dos montañas pueden esperar? Necesito irme de viaje, tengo un nuevo rumor que debo desmentir sobre la piedra filosofal..
Al inicio sonríe, cerrando los ojos hasta con regocijo y soberbia por la admiración que Hagane parece transmitir sobre su gloriosa e ígnea naturaleza de Alquimista. Pero lo siguiente lo hizo fruncir el ceño y resaltar una vena en su sien. Sonríe tensamente y lo vuelve a mirar, aguzando la mirada.
— Hagane. No te lo dije, tienes una misión que seguramente te ayudarâ con tu travesía.
La misión : dos montañas de papeleo e investigaciones tediosas. [?]
