Próximo destino, la taberna de la ciudadela. Un sitio del que ni siquiera la propia princesa consideraba algún día podría presenciar con sus propios ojos, aun así, la idea le parecía atrayente. Las festividades fuera del reino posiblemente no eran tan abrumantes como las que acostumbraba, y solo podía asegurarse de ello asistiendo a una personalmente.
Una vez recorriendo su camino en compañía de Bjorn, la joven bajo la mirada de las estrellas a la puerta que aguardaba su próxima vivencia. Un tanto nerviosa, y preocupada, alzo por un instante la mirada una vez más para encontrarse (..
La danza parecía infinita, no a un punto en que fuese intolerante, sino todo lo contrario, era tan agradable, que pareciera que incluso el tiempo se había detenido en ese instante. Ella parecía divertirse tanto como el, y entre vueltas y movimientos armoniosos, el gran Goliath, en un punto pareció estar completamente disociado del momento, algo que nadie noto aparentemente, pero que sin dudas Romine fue capaz de percibir.
Preocupada por ello, permaneció atenta a las siguientes acciones de Bjorn, quien aparentemente al finalizar la música, este no hizo más que aplaudir, y agradecer la danza, a lo cual la princesa asintió y dio una reverencia como protocolo. Aun así, la siguiente acción de Bjorn no parecía haber sido prevista por nadie, pues sin dar mayor explicación, el hombre opto por retirarse sin decir más nada. (…)
