Tras un largo viaje en los alrededores, el agotamiento finalmente había invadido el semblante de la “indomable” Romine. A decir verdad, era extraordinario su alcance, pues a pesar de nunca antes haber salido más allá del reino, había permanecido demasiado tiempo en constante avance; aunque claro que al no completar su divinidad como corresponde, tarde o temprano el agotamiento llegaría.
Fue así, que tras leer el mapa una vez más, pudo notar la presencia de un bosque a tan solo unos metros de su ubicación actual. (…)
― Tiene mucha razón, Lady Celesere. Aquellas cosas que valen la pena en esta vida, nunca será fácil conseguirlas, pero sé que si trabajamos en equipo, conseguiremos salir adelante. ― Responde con amabilidad, mientras asiente con la cabeza. Dando algunos pasos hacia el frente, extiende ambas manos en dirección al piso, forjando así lo que sería un escudo de armadura para ambas, el cual consistirá en darles una defensa elevada a la que tuviesen actualmente. ― Lady Celesere, así como usted prestara su fuerza para que consigamos nuestros sueños, permita que yo use mis dotes de hechicera para salvaguardarle. Sé que no tengo pinta de ser alguien óptima en batalla, pero le garantizo que puedo ofrecer un gran soporte en cualquier enfrentamiento. ―
Escuchando con atención las palabras de la elfa, Romine mostraba genuina conmoción en su semblante. (...)
