Tras un largo viaje en los alrededores, el agotamiento finalmente había invadido el semblante de la “indomable” Romine. A decir verdad, era extraordinario su alcance, pues a pesar de nunca antes haber salido más allá del reino, había permanecido demasiado tiempo en constante avance; aunque claro que al no completar su divinidad como corresponde, tarde o temprano el agotamiento llegaría.
Fue así, que tras leer el mapa una vez más, pudo notar la presencia de un bosque a tan solo unos metros de su ubicación actual. (…)
>> ― El es Lygyl y es mi compañero y montura ― El decirlo significaba que así como el corcel que ella tenia, ese gran felino era las riendas de aquella elfa que acariciaba el suave pelaje del animal.