Al anochecer, la ciudad de Night City se presentó bajo un clima inesperadamente despejado. Convirtiéndose entonces todo en un completo caos; dándole la oportunidad a toda clase de bandas criminales a salir de todas partes, en busca de oportunidades. Asaltos, secuestros, todo esto y más, convertían el habitual “organizado” ambiente en uno terriblemente problemático. La temperatura era aproximadamente de 10ºC, creando una suave ventisca en el área, con una noche llena de estrellas, pero que lastimosamente eran opacadas por las luces de la urbanización. (...)
Pese a su condición clara de psicopatía, en sus ratos de lucidez que eran la mayoría, era un hombre que gustaba de planificar las cosas; por ende, se divertía en tratar de ser atrapado, sabía que la policía de Night City no haría nada contra alguien como él, necesitarían la ayuda de Max Tac, o de algún excelente netrunner.
Pensando en que quizás en algún momento podrían acercarse a él, y sabiendo que esa no era la noche que él planeaba para morir y tener su propia bebida en el Afterlife, se acercó a unos sujetos que estaban bastante drogados con neurodanzas.
Se encargó de montar todo, una vez bajó de lo alto del edificio, y entonces se conectó directamente con uno de ellos, y usó el dispositivo de neurodanza para transmitirle recuerdos falsos, haciéndole creer que todo el desastre causado por su ataque casi terrorista.
Dejó el detonador instalado en el cromo de uno de esos sujetos y se encargó de dejar la puerta abierta [...]
