—Creo que estará bien si no es tan profundo. Incluso podría bañarme yo también.— Apunto de extender sus brazos para cargar a la cría decidió abstenerse, no quería quitarle esa buena intencion ara con la cabrita.— Tendrá hambre para cuando terminemos—

—Un poco. —Admitió, con una sonrisilla en el rostro; nadie adivinaría que uno de sus pocos pasatiempos «sanos» era ser voluntario en refugios para animales.

—Hay un arroyo cerca de aquí, y seguro podremos encender una fogata. ¿Qué opinas?

— Vamos~ Calentamos agüita. Pareces familiarizado con este tipo de criaturas.— empezó a andar pero se detuvo para seguirlo después de todo es él quién sabe del espacio indicado para hacerlo.

—Será un placer. ¿Qué tal si yo lo sostengo mientras tú lo lavas?

—Lo es pero no está presentable, le toca un buen aseo, me ayudas?

—¿Oh? Solo se apareció por aquí, parecía perdido; es tan lindo que no podía dejarlo por su cuenta.

Ese pequeño es mio.