Nunca la había escuchado hablar así y le agrado ver ese lado suyo. Si, se sorprendió pero no le molestó, al contrario agradecía que la discreción se mantuviera con cierto recelo.

—¿De veras? — le pareció intrépida la propuesta. — Podríamos, aun que acampar así... no podría dormir tan tranquilo sabiendo que en lo alto hay muchos depredadores para ti.- Se incorporo y la miro entusiasmado- Podríamos irnos a acampar y entonces ya instalados dar nuestro paseo de Kilómetros. Me gustaría mucho ir de campamento contigo Annie.—

La foto sería un tesoro para ella, uno que guardaría con recelo de los ojos de sus demás hermanos.

—Jamás compartiría con alguien más un momento entre nosotros, son muy valiosos. —

Aquello sonó muy serio y directo, sobre todo viniendo de ella que era tan dulce y suave.

— Me agrada la idea de la tirolesa ¿o qué tal solo ir a un lugar muy alto a acampar? En nuestras formas animales podemos viajar mucho.—

Le gustaba seguir los juegos de bambi. Si quería una foto de su obra hecha con su cabello ¿Quién era él para negarselo?

— Argh... de acuerdo. Pero nada de subirlo a ninguna parte. — Se dejó hacer por ella mientras pensaba en cómo describirlo. — Uhm... así. — Señaló un musgo que estaba asomado a los pies de un arból. — Ah, también el brócoli me recuerda al bosque. — Claro, sí era visto desde arriba.

—Lamento no poderte dar un paseo por las alturas. Si tan solo fuera mas fuerte y grande pero ¿Qué te parece si un día vamos a una tirolesa?

— solo poquito! para tomarte una foto. Si? — soltó una leve risita y se las fue quitando, solo para dejarle una pluma en una de las trenzas. Eso sí, no deja de darle cariñitos.
—siempre he querido preguntarte... ¿cómo se ve el bosque desde los cielos? —

Siente algo extraño entre su cabello ¿qué es? ¡Ah, florecitas!
— Anna.. soy un halcón no un florero...— toma una de las flores y la coloca entre su oreja de la castaña.— A ti te va muy bien. — Sonríe relajado, en ningún momento cambió su postura, no se movería mientras siguiera disfrutando el rose de aquellos dedos.

-mientras lo nota relajado, comienza a colocarle pequeñas flores en el cabello, ademas de trenzarlo y volver a hacer la media coleta. -

Hola Roy, ya tenía mucho que no te molestaba asi

-le empezó a dar cariñitos en la frente, asi era ella, le gustaba muchisimo hacer detallitos asi-

— ¿uh? — esos dedos delicados le brindaron un cosquilleo agradable de esos que te hacen sentir escalofríos bonitos por el cuello — Anna, hola. — llevo su cuello hacia atrás viéndola desde abajo pero esos dedos peinando le hizo que cerrara sus ojos.

-se pone a cepillar y peinarlo, aprovechando que está tranquilo-