La ironía es que Cassandra le presentase esa canción en la mañana. Cavó su propia tumba. [?]
— ¡No, no! Tienes que ser tú. Aunque... es una buena sugerencia para la tienda de panecillos de Attila. — Quizá todo Corona termine cantándola. Qué buena idea.[?]
—Sí, seguro… —admiraba a Pascal, ella no estaba al nivel de su cortesía. Todo lo que había en su voz era una monotonía áspera y mordaz—. Pídeselo a Jack, Eugene o a Attila —seguro a él le iría mejor todo aquel rollo de muffins suicidas. [?]
— ¡OH, VAMOS, CASSANDRA! ¡Es una canción muy divertida! Un poco... tenebrosa pero, ¡hey! La letra es pegajosa. ¿Verdad Pascal? — El pequeño camaleón asintió por cortesía, porque en el fondo sentía empatía hacia Cassandra. [?]
— ¡Deberías cantarla con nosotros! Seguro eso te regresa las ganas de vivir. — [??]
“Sin cantar”, probablemente hubiese sido una petición más acertada, sin embargo, las posibilidades de que la princesa muffin [???] acatara habrían sido de escaso éxito; o más bien, nulo.
Podía sentir cómo esa nefasta musiquita tarde o temprano acabaría con su cordura… si es que no lo había hecho ya.
—¡Ugh, Rapunzel! —sellar el sonido de sus labios con una mano fue todo lo que atinó a hacer antes de acabar más crispada—. NO. ¡Ya basta! Harás que renuncie a mis propias ganas de vivir. [?]
— ¡Oh, no,no,no! Nada de eso— Sacudió un poco las manos. Sabía mejor que nadie que Cassandra detestaba esas pláticas donde dejar fluir las emociones era imperativo, pero de lo que quería hablarle era más importante y profundo aún...
— Lo que quería que supieras es que...
I WANT TO DIE DIE DIE. IT'S MUFFIN TIME, 'CUZ I WANT TO DIE DIE DIE. — [??]
—Mientras no te esfuerces en ponerle música y siempre y cuando no implique una charla emotiva de “corazón a corazón”, adelante —arrancó de su cabello un total de cuatro hojas que allí le quedaron dispersas; parecía un arbusto seco—. No creo poder soportar eso.
