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— 𝓒𝓪𝓼𝓼! —
𝙲𝚛𝚘𝚜𝚜𝚒𝚗𝚐 𝚝𝚑𝚎 𝚕𝚒𝚗𝚎
 
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Cassandraa · F
En un pestañear sus manos se cerraron en torno a la piedra que otra mano no fue capaz de alcanzar. Su corazón comenzó a acelerarse y se sintió como si estuviera bombeando pura electricidad por sus venas.

Una luz cegadora. Un grito profundo y su destino se fusionó con ella entre ráfagas de un cian electrizante y rocas de un profundo negro alquitrán que devoraron el sendero con sus puntas aguijonadas, como una enorma jaula de obsidiana.

Envuelta en un traje de luna, Cassandra emergió de las sombras con una nueva advertencia rasgándole la lengua:

Traté de advertirte, Rapunzel: ten cuidado en quien confías.

Cassandraa · F
Se mantuvo impasible ante la mención de su nombre. Las manos de Rapunzel hallaron las suyas y la calidez de sus palabras se encendió, tan brillante como su cabello, queriendo alcanzar las ruinas de una amistad deshecha que ella no era capaz de contemplar. El agradecimiento ciego que se impregnaba en su voz era la única prueba que Cassandra necesitaba para saber que de duda no existía en ella atisbo alguno; Rapunzel no era consciente de que ni un solo rayo alcanzaría su corazón, eclipsado totalmente por un nuevo propósito.

Una sonrisa fingida bastó para convenser a la princesa, quien dejó ir sus manos y entregó por completo su espalda a quien, ya vería, estaba dispuesta a acribillar su confianza.

Aguardó en las sombras, a la sombra del funesto novilunio al que había sido condenada toda su vida; ya no sería invisible, ya no más... [...]
Cassandraa · F
El inicio estaba cerca. Rapunzel, la gota de sol, la gota de luna; su destino. Ya no esperaría. Nunca más.
¿Por cuánto tiempo le había sido negado? ¡Cuánto tiempo aguardando una oportunidad, un reconocimiento; algo que nunca le sería concedido! Había renunciado a sus sueños, ofertas invaluables, años de vida y... ¡todo por ella! Día tras día, el polvoriento casco militar abandonado en un rincón de su cuarto vio pasar las noches, postergando su ventura, bajo capas y más capas de polvo, olvidado tras montones de uniformes de sirvienta; esperando, esperando y... esperando.

Aquella niña de porte espectral tenía razón: Rapunzel se lo había arrebatado todo: sus esperanzas, sus sueños, su propia madre...

Era turno de darle una vuelta a las tornas. [...]
R1576322 · F
Movió los pies con cuidado, cada paso estaba bien pensado. Cuando estuvo a pocos metros de la gota de luna, Rapunzel estiró una mano. Solo faltaba sujetar ése pequeño objeto y unirlo al poder del sol... Faltaba tan poco...

Pero, de repente, una sombra pasó ágil por un costado. Lo siguiente que vio fue un resplandor azulado extenderse en todas direcciones.

¿Qué había pasado?

La rubia perdió el equilibrio merced a un fortísimo temblor bajo sus pies. Para cuando recuperó consciencia de lo que sucedía, perdió el aliento...

”Imposible, pensó tras elevar la vista. Aquella sombra desdibujó sus colores oscuros y reveló una nueva identidad, alguien que jamás pensó llegaría a traicionarla. Esa persona era...

— ¿Cass...? —
R1576322 · F
— Cassandra... — Rapunzel se giró por un momento y se aproximó hasta tomar de ambas manos a quien consideraba su mejor amiga. De no ser por ella, su protección y enseñanzas, el llegar hasta ese punto del partido habría sido imposible. Compartía con la morena un infinito sentimiento de agradecimiento, pero sobretodo, de cariño. Cassandra era la luz tras la oscuridad desde que regresó a Corona, y en caso de que el encuentro entre el sol y la luna acabase mal, deseaba hacerle saber sus sentimientos.


— Creo que debo agradecer tu ayuda. De no ser por ti... Quiero agradecerte por todo. — Una sonrisa compartida supuso el entendimiento de sus palabras. Lentamente, Rapunzel soltó las manos de Cassandra y regresó al estrecho sendero. {+}
R1576322 · F
☀️

El final del camino estaba cerca. Rapunzel, la gota de sol y la gota de luna; Zhan Tiri. La redención de una profecía impuesta desde su nacimiento la llevó a emprender un largo viaje del que por fin podría jactarse haber completado con éxito. Frente a ella yacía un sendero oscuro, iluminado en el extremo contrario por una roca envuelta en tonalidades azul y aqua, que aguardaba por Rapunzel para cumplir su destino.

El poder del sol reconoció la naturaleza de la luna y con ello el cabello de Rapunzel se avivó, despertando el extenso color dorado que tanto la caracterizaba. Rapunzel inhaló hondo. Toda esa pesadilla acabaría cuando la gota de sol y luna hicieran contacto entre ellas; ninguna amenaza volvería a presentarse en la alegre vida de la princesa... ¿Qué podría salir mal? Tenía el apoyo de sus amigos respaldándola y la confianza suficiente para pactar su destino.

{+}

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