Rayeir... Rayeir... -repite el nombre un par de veces para asegurarse de no olvidarlo, aunque se sorprende un poco cuando olfatea cerca de su rostro, aun asi, no se aparta, solo le deja hacer, en ese momento le recordaba a los animales de su bosque cuando recieb habia despertado- Hablas de Kaori-san? -pregunta de inmediato al escucharle- es quien me prestó este cuerpo, la conoces? -un brillo de alegria se puede notar en los ojos del dios en su forma humana sonriendo incluso- Un paseo es perfecro

— Youmu... Un gusto, mi nombre es Rayeir —Asintió con elegancia, sin ocultar aquella sonrisa, se acercó al joven para dar una olfateada cerca de su rostro — Hueles a mi Kitsune, Youmu. —Cruzó los brazos sobre el pecho, enmarcando una ceja. No era difícil para él identificar el olor de su protectora en su cuerpo. — Soy de un lugar un poco más lejano... Pero conozco la zona. ¿Un paseo te va bien?

-la inocencia del Dios no le deja ver lo ladino de aquella sonrisa, solo devolviendosela pero de forma suave, saludandole tambien con la mano- Mi nombre es Youmu-se presenta de forma cordial al dragón, observando su semblante por completo- Eres de por aqui? Queria dar una vuelta pero no se a donde ir

— ¿Hmh? —Ensimismado en sus pensamientos, no se percató de la presencia ajena hasta que ya estuvo demasiado cerca. Era difícil que un dragón pasara por esa clase de sorpresas. Su mirada se alzó lo suficiente como para hacer contacto visual con el desconocido, aunque fue su olfato quien primero reconoció la esencia inmortal de aquel ser— Hola. — Su diestra se alzó en un ademán cordial, esbozando una sonrisa ladina ante él — Vaya, vaya... ¿Qué tenemos aquí?

Ho-Hola -el dios se acerca a aquel hombre solitario que habia encontrado, aquel dia habia decidido salir por su cuenta para poder caminar por donde deseara a pesar de que Kaori le habia advertido de no hacerlo-