El caballero caminó a la par que la bestia pero sobre el puente, desenvainó su espada y calculo el momento exacto para caer sobre el Trol, quizá su peso y la velocidad de caída podría hacerle daño. Entonces se lanzó apuntando su espada sobre la nuca de la bestia, la espada no penetró totalmente, su piel era bastante dura, pero la caída con el peso hizo de su espalda se abriera hasta casi llegar a su espalda baja, quedando colgado de su espada sin poder tocar el suelo y casi dislocando uno de sus brazos. Debía actuar rápido por lo que apoyo sus piernas e hizo presión para desenterrar la espada y caer al suelo. Sin duda la bestia ahora estaba sedienta de sangre, pero fijo la atención en el caballero a la par que se desangraba por los cortes. (...)